Westerns. Películas de guerra. Thrillers. Dramas románticos. Acción y policiales. Géneros donde Clint Eastwood no da pasos falsos y, por el contrario, conquista cumbres. El próximo año, sin embargo, el autor de Los imperdonables jugará en un terreno arriesgado y estrenará nada menos que su primer musical. A primera vista, el género más glorioso del Hollywood dorado de los 30 y 40 parece no ser un guante para las recias manos de Clint Eastwood y por eso la expectación es alta. Más, tal vez, que cuando dirigió Cowboys del espacio, su primer y último trabajo ambientado en la estratosfera.
La película Jersey boys integra el grupo de los estrenos más destacados del próximo año. Las ambiciones son múltiples, las intenciones también y los géneros se subdividen, por ejemplo, en ciencia ficción, comedias, obras bíblicas, bélicas y hasta una cinta de alto contenido erótico (recuadro).
El caso de Eastwood es importante en la medida que se trata de un realizador ya de 83 años y referente del buen cine de Hollywood en los últimos 25 años. Basada en la obra homónima de Broadway ganadora de cuatro premios Tony en el 2006, Jersey boys recrea la formación, años de éxito y posterior disolución de The Four Seasons. Con actuaciones de Christopher Walken y un grupo de actores salidos de la escena teatral neoyorquina, el filme se centra en el líder, Frankie Valli. Su estreno en EE.UU. es el 20 de junio y una semana después llega a Chile.
Antes, dentro de los primeros cuatro meses del año, arribarán Operación monumento, de George Clooney; Noé, de Darren Aronofsky, y muy probablemente, The Grand Budapest Hotel, de Wes Anderson. La primera, con estreno para el 20 de febrero, es la versión que George Clooney entrega del libro homónimo de Robert M. Edsel: un grupo de profesores integra un escuadrón de rescatistas de obras de arte robadas por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Actúan el propio Clooney en el rol del comandante del grupo; Cate Blanchett, como una curadora de arte de la Resistencia Francesa, y Matt Damon, en el papel de uno de los expertos más sagaces.
La cinta bíblica de Aronofsky se inspira en una novela gráfica de su autoría y el personaje del patriarca es interpretado por Russell Crowe. Con estreno para el 27 de marzo en Estados Unidos y Chile, el largometraje busca presentar a Noé como una suerte de renegado social, ejemplo temprano de ambientalista y defensor de la naturaleza. También están Jennifer Connelly, Emma Watson y Anthony Hopkins, que interpreta a Matusalén.
En otra órbita creativa y estética se ubica The Grand Budapest Hotel, cinta de Wes Anderson que abre el Festival de Berlín, el 6 de febrero, y que como es su costumbre integra a un reparto de primera: Ralph Fiennes, Tilda Swinton, Adrien Brody, Willem Dafoe, Jude Law, Harvey Keitel y Léa Seydoux, entre varios. La historia tiene como escenario central el hotel del título, una joya de la arquitectura europea y centro de operaciones del conserje Gustave H. (Ralph Fiennes). El ceremonioso empleado hereda una valiosa pintura de Madame D. (Tilda Swinton), pero pronto sufre el acoso de Dimitri (Arien Brody), el receloso hijo de aquélla, quien ansía recuperar la pieza a cualquier precio. Incluso el asesinato.
Con un pie en el 2013 se ubica El lobo de Wall Steet, la obra de Martin Scorsese que se estrena para esta Navidad en Estados Unidos y que el 2 de enero llega a Chile. Acá, Leonardo DiCaprio es el corredor de la Bolsa Jordan Belfort, un afiebrado yuppie que en un momento lo tiene todo y luego va a la quiebra y a la cárcel.
DE BURTON A FINCHER
Cuando se buscan nombres con voz propia en Hollywood, capaces de imponer sus sellos en medio de la vorágine de la producción, emergen tres cineastas que este año retornan: Tim Burton, David Fincher y Christopher Nolan.
El director de Ed Wood estrena en agosto en EE.UU. su cinta Big eyes, sobre la vida de la pintora Margaret Keane (1923). Famosa por sus retratos con personajes de ojos inusualmente desmesurados, Keane (Amy Adams) enfrenta en los años 60 a su propio esposo (Christoph Waltz), quien se adjudica la autoría de las pinturas. El tiempo y sucesivos juicios, sin embargo, dirán otra cosa en la primera obra de Tim Burton que escapa a lo fantástico desde Sweeney Todd (2007).
Octubre será el mes en que David Fincher (La chica del dragón tatuado) estrene Gone girl, la rápida adaptación que hizo del bestseller de Gillian Flynn. Acá, Ben Affleck es Nick Dunne, periodista de cierto renombre, que pierde su trabajo y que en un momento determinado es el principal sospechoso tras la desaparición de su esposa (Rosamund Pike). Un mes después, el inglés Christopher Nolan estrenará Interstellar, una ambiciosa propuesta que cuenta los viajes en el tiempo que realiza un grupo de astronautas, a través de los llamados "agujeros de gusano" del Universo.
Con los pies en tierra firme, en cambio, se mueve Inherent vice, cinta de Paul Thomas Anderson (The master) sobre Doc Sportello (Joaquin Phoenix), un detective adicto a las drogas fuertes, que en los años 70 busca el paradero de su ex novia, desaparecida en circunstancias misteriosas. Se ambienta en Los Angeles y se basa en la novela Vicio propio, la última novela del escritor Thomas Pynchon.