No se perdería en las calles de Providencia y menos en los bares del Barrio Bellavista. Kevin Johansen debe ser uno de los artistas extranjeros que han venido con más frecuencia a Santiago en los últimos años.
Ayudado por la cercanía geográfica, el argentino ha popularizado su repertorio en un nicho que le es fiel en cada una de sus visitas.
La última lo tuvo anoche en un Teatro Oriente que lo recibió al tope en dos funciones corridas. Y aunque esta vez venía solo y no tenía nuevo material para mostrar, se anotó con una de las mejores presentaciones en Chile que registra su abultada bitácora en Chile.
Apenas una guitarra acústica fue su acompañamiento para un recorrido por lo más conocido de su catálogo que tuvo un brillo especial gracias al trabajo en vivo del respetado dibujante Liniers.
Con una batería de pinceles y pinturas, su compatriota y amigo improvisaba irónicos bocetos de trazos infantiles que salían proyectados en el gran telón ubicado detrás del escenario. Fue el complemento para cada una de las canciones que pasaron entre historias, chistes y coreografías escolares.
La construcción de un original Che Guevara vendido al sistema ilustró McGuevara's o Chedonald's y la de dos amigos en medio de una autopista fue la original visualidad para Road movie.
Dos cumbres de un par de conciertos que armaron sobre la marcha un divertido librito musical.