El comercio exterior chino desaceleró de forma pronunciada su crecimiento en mayo con una subida de un 0,4%, en contraste con el 15,7% que aumentó en abril.
La Administración General de Clientes, el departamento encargado de revelar los datos, justificó que la caída se debe, en parte, a las medidas gubernamentales para frenar la entrada de capital en forma de pagos comerciales, recoge la agencia oficial Xinhua.
De este modo, el comercio exterior total alcanzó los US$345.100 millones (261.000 millones de euros).
Las exportaciones en mayo subieron apenas un 1% en contraste con el mismo periodo del año pasado, hasta los US$182.770 millones (138.195 millones de euros), mientras la importaciones cayeron un 0,3% interanual, hasta los US$162.340 millones (122.794 millones de euros).
No obstante, con respecto al mes anterior, las exportaciones bajaron un 2,3% y las importaciones cayeron un 3%.
Aunque se esperaba una bajada del comercio exterior, es superior a la pronosticada, y, según Chang Jian, economista de Barclays Capital, refleja las medidas severas tomadas contra la entrada de "capital especulativo".
El economista se refiere a las sospechas de que, ante la expectativa de decrecimiento, algunas compañías hayan tergiversado informes para obtener ventajas fiscales o para esquivar los controles que las autoridades imponen sobre el capital que entra en su territorio, lo que propició la toma de nuevas medidas oficiales.
A comienzos de mes, la Administración Estatal de Intercambios Extranjeros dijo que aumentaría el escrutinio sobre los exportadores e hizo un aviso a aquellos que intentaran ingresar fondos ilegales.
Wendy Chen, economista en Nomura Securities, con sede en Shanghái, explica también que la caída puede deberse a la "rápida apreciación del yuan", disminuyendo la demanda exterior de productos chinos, en declaraciones recogidas por Xinhua.
No obstante, aseguró que espera que el comercio exterior chino mantenga un crecimiento "suave" en los próximos meses, si bien alerta de los "retos severos" que afronta el sector.
Esta semana, la Unión Europea decidió imponer aranceles a los paneles solares chinos, a lo que China contraatacó con medidas anti-dumping del vino europeo importado en el país.
Aunque las fricciones afectan a una parte relativamente pequeña del comercio, podrían complicar más la situación, según algunos analistas.
En lo que va de año, el país asiático ha publicado tasas de comercio exterior que oscilan entre el 10 y el 25% de crecimiento (2012 se cerró en una media de 6,2%), unos datos que han sembrado la duda después de que algunos de los principales competidores de China, como Corea del Sur o Taiwán, registraran cifras mucho más débiles a inicios de año.
Los datos de hoy son los primeros de los principales indicadores macroeconómicos que se espera que se revelen este fin de semana.
Se prevé que mañana, domingo, la Oficina Nacional de Estadísticas publique los del Índice de Precios al Consumo (IPC), la producción industrial, las ventas al pormenor y la inversión en activos fijos.
Las cifras despiertan cierto temor entre los analistas por la posibilidad, ya hecha realidad en el caso del comercio exterior, de que hagan más evidente la débil recuperación de la segunda economía mundial.
El crecimiento del PIB chino se situó en un 7,7% en el primer trimestre de 2013, por debajo del 7,9% registrado en los últimos tres meses del pasado año.
El Gobierno chino ha fijado en un 7,5%, la misma cifra que el año pasado, su previsión de crecimiento para 2013.