Los encuentros con el Pontífice no solo han sido de carácter religioso. Si bien la fe es la protagonista de estas instancias, el comercio se ha hecho presente y ha marcado la jornada. Es por esto que, durante la víspera de la ceremonia del Papa en Santiago, las calles aledañas al Parque O'Higgins se repletaron no solo de peregrinos, sino también por comerciantes que aprovecharon la oportunidad para ofrecer distintos productos.

Los emprendedores entendieron las necesidades del momento y decidieron vender comida, sillas, "agua papal", banderines, pañuelos blancos, chapitas, llaveros y hasta imanes del Papa.

En todos los lugares donde ha pasado la máxima autoridad católica, ya sea en auto cerrado o en el Papamóvil, se pudo encontrar a comerciantes vendiendo llamativos productos, como gorros, fotos, pulseras y cintillos del Pontífice.

Además, muchos quioscos de la Alameda que abrieron durante la madrugada se ambientaron con los colores del Vaticano y agregaron sus productos a la oferta, para así recibir a la multitud que esperaba ver al Papa.