Hoy comienza el US Open, el último Grand Slam de la temporada, un torneo que podría significar un cambio en la cima del ranking ATP.
Para que esto suceda, Rafael Nadal (2º) tiene que ganar el certamen y que el número uno, Novak Djokovic no alcance la final. O bien, que el manacorí sea finalista y que el serbio no supere los octavos de final en Flushing Meadows.
En ese sentido, las expectativas son muy altas acerca de lo que pueda realizar "Rafa", quien registra un récord de 53-3 esta temporada, con nueve títulos en 11 finales. Además, marcha invicto en cemento y viene de ganar consecutivamente los Masters 1000 de Montreal y Cincinnati.
Pese a esta inminente posibilidad, pues no defiende puntos hasta el final de la temporada, el balear afirmó que "yo no estoy luchando por ser número uno. Veremos lo que pasa al final de la temporada. Este torneo va a marcar diferencias. Si soy número uno habrá sido una temporada increíble. Y si no, seguirá siendo increíble".
Frente a este escenario, Nadal manifestó que "desde que he vuelto, siempre dije lo mismo: no es mi meta (ser número uno), mi meta es estar sano y poder competir bien. Algunos podrán decir que es raro, pero nadie de mi familia, ni de mi entorno pensábamos hace siete meses que podía volver así. Es una de las temporadas más emotivas de mi carrera".
Por último, confesó que "cuando uno es número uno, es porque es el mejor, pero yo nunca me voy a sentir el mejor. Sentirse el mejor en algo, cuando hay días que juegas bien y otros mal, es muy relativo. Cuando he sido el número uno no me he sentido el mejor y cuando era el cinco no me sentía el cinco, me sentía un afortunado".
Nadal se estrenará hoy en Nueva York ante el local Ryan Harrison (97º), mientras que en esta misma jornada debutará Roger Federer (7º) frente al esloveno Grega Zemlja (62º). Mañana, en tanto, se presentarán Djokovic y Andy Murray.