A las 09.00 hora local (07.00 GMT) comenzó la operación para enderezar el Costa Concordia, el gigantesco crucero que hace 21 meses naufragaba causando la muerte de 32 personas y quedaba encallado frente a las costas de la turística isla del Giglio (centro de Italia).
Es la primera vez que la ingeniería se enfrenta a un reto de estas magnitudes debido al gran peso del crucero y su posición.
El llamado "parbuckling", el término técnico con el que se conoce la operación con la que se procederá a la rotación de 65 grados para que el barco vuelva a estar en posición vertical, comenzó con retraso a la hora prevista (04.00 GMT) debido a un fuerte temporal que se produjo durante la noche.
Esta primera fase prevé que una especie de gatos tensen por una parte los cables de acero unidos a la parte superior de los cajones y de las plataformas instalados, mientras que otros cables, conectados a las 13 torretas construidas a estribor, se utilizarán para dar equilibro al barco.
Uno de los responsables del proyecto, Sergio Girotto, informó de que todo está funcionando perfectamente, que se ha comenzado a tirar con una fuerza de 700 toneladas y que se prevé que la operación dure cerca de 12 horas.
Cuando el crucero se encuentre ya en posición vertical se pasará a la fase siguiente con la instalación de 15 nuevos flotadores-estabilizadores, iguales a los ya instalados en la parte izquierda del casco, y que gracias a un sistema neumático, que vaciará el agua de forma gradual de su interior, dará el empuje suficiente para reflotar el barco.
La expectación por la operación ha convocado a más de 500 periodistas procedentes de todo el mundo, para seguir en directo cómo la mole de 44.600 toneladas de peso, 290 metros de longitud y cerca 70 metros de altura volverá a ser reflotada.
La operación, realizada por la sociedad estadounidense Titan Salvage y la italiana Micoperi, ha costado 600 millones de euros a la naviera Costa Cruceros y cerca de 500 personas trabajarán para devolver al barco a la posición vertical.
El comisario extraordinario para la emergencia del Costa Concordia y jefe de la Protección Civil italiana, Franco Gabrielli, aseguró que todo saldrá bien y que la prioridad tras enderezar el crucero será la búsqueda de los dos cuerpos que aún no se han recuperado, la pasajera Maria Grazia Trecarichi y el miembro de la tripulación Russel Rebelli.
El crucero no se moverá de El Giglio hasta la primavera del año que viene, cuando comenzará su viaje final hasta un puerto cercano, en el que se procederá a su desguace.
Tras esta operación han surgido algunas dudas sobre el posible impacto medioambiental que tendrá el reflote debido a todos los residuos y líquidos que se acumulan aún en su interior y que podrían ser vertidos al mar.