Las grandes potencias reunidas en el conocido como Grupo 5+1 e Irán comienzan hoy en Viena tres jornadas de negociaciones para tratar de acercar posiciones sobre un acuerdo definitivo que cierre una década larga de conflicto sobre el programa nuclear de la República Islámica.
Las reuniones comenzarán formalmente a las 11.00 hora local (10.00 GMT) en la sede vienesa de la ONU, con la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, que negocia en nombre del llamado Grupo 5+1, formado por Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China, Rusia y Alemania.
Ashton ya se vio anoche con el jefe de la delegación iraní, Mohamad Yavad Zarif, el ministro de Exteriores de Irán, en una cena privada que, según fuentes iraníes, no fue de trabajo sino una muestra del ambiente constructivo que existe entre ambas partes.
Sin embargo, las dos partes han reconocido que la negociación será dura y llevará tiempo cerrar un acuerdo que dé continuidad al plan pactado en noviembre, por el que Teherán se comprometió a congelar durante seis meses parte de su programa atómico, al tiempo que se suspendían algunas sanciones internacionales.
El objetivo de los contactos de Viena es cerrar un acuerdo definitivo que, por un lado, garantice que el programa atómico iraní es exclusivamente pacífico y, por otro, reconozca el derecho a Irán de usar la energía nuclear con fines civiles.
Fuentes diplomáticas de EEUU explicaron la víspera que las negociaciones serán largas y duras, y no se espera que esta semana se produzcan grandes avances.
"Estos próximos días suponen el comienzo de lo que será un proceso complicado, largo y difícil", explicó una fuente diplomática, que quiso mantener el anonimato.
La complejidad de las negociaciones y los innumerables detalles que deben estudiarse hacen que las negociaciones no puedan cerrarse "en un día, una semana o incluso un mes", por lo que se necesitará mucho tiempo para alcanzar los primeros resultados, explicó.
La fuente diplomática agregó que las conversaciones que se mantendrán en Viena los próximos tres días girarán en gran parte sobre el procedimiento a seguir en estos contactos.
Así, se tratará de definir con precisión qué cuestiones deben resolverse y en qué secuencia; con qué frecuencia y en qué formato los negociadores deben reunirse; y qué trabajo pueden ir adelantando a escala de expertos los representantes de Irán y el G5+1.
Aunque la fuente señaló que no existe ninguna garantía de éxito, aseguró que estas conversaciones son "la mejor oportunidad que tenemos de solucionar esta situación", por lo que espera que se logre un acuerdo en el plazo de seis meses que se han dado las partes.
Antes de comenzar la ronda de contactos con Ashton y representantes de alto nivel de los cinco países del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania, Zarif se reunirá con el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Esta oficina de Naciones Unidas tiene la misión de vigilar que Irán cumple su compromiso de no enriquecer uranio por encima del 5 % de pureza y eliminar parte del que tiene enriquecido al 20 %, tal como indica el acuerdo interino firmado en noviembre.
El OIEA ha certificado que, hasta ahora, Irán ha cumplido lo pactado, aunque sigue insistiendo en que necesita acometer más inspecciones a instalaciones iraníes y recibir más información para poder afirmar que el programa atómico iraní no tiene una dimensión militar.
Irán ha venido negando en los últimos años que ambicione un arsenal nuclear, mientras que las potencias occidentales e Israel, esgrimiendo informes de inteligencia, sospechan que Teherán tiene aspiraciones que van más allá de un simple programa atómico civil.
El acuerdo nuclear interino del pasado noviembre se logró gracias al deshielo que trajo la elección el pasado verano de Hasán Rohani como nuevo presidente iraní, considerado moderado respecto a su antecesor, el conservador Mahmud Ahmadineyad.