Los hoyos negros son regiones del espacio que tienen tal concentración de masa, que generan un campo gravitatorio tan poderoso que ninguna estrella o partícula puede escapar de él. En palabras simples, se come todo lo que tiene alrededor. 

Y uno de ellos, que se encuentra en una galaxia a 300 millones de años luz de la nuestra, pasó un largo período de tiempo en que no se alimentaba de nada. Hasta que una estrella se acercó demasiado a él, y comenzó a ser succionada por su campo gravitacional.

Sin embargo, no ha sido presa fácil. La estrella comenzó a destrozarse por la fuerza gravitacional quedando degradada en marea estelar, la que en vez de ser succionada directamente por el comenzó a chocar consigo misma, entrando y saliendo del hoyo negro. 

"Esto nos está diciendo que el hoyo negro se está 'ahogando' con este repentino suministro de marea estelar", explica Dheeraj Pasham, autor del estudio y tiene un postdoctorado en Instituto Kavli de Astrofísica e Investigación Espacial del MIT.

Fue en noviembre de 2014 cuando el telescopio ASASSN detectó señales de una posible "Disrupción de las mareas", fenómeno que explica el comportamiento de la estrella y el "ahogamiento" del hoyo negro.

Desde ese entonces, dos telescopios observaron el hoyo negro y recolectaron la información para identificar el extraño patrón que emitía la disrupción.