La Comisión Europea autorizó hoy a la aerolínea estadounidense Delta la compra del 49% de Virgin Atlantic, hasta ahora en manos de Singapore Airlines, y permitió que el grupo Virgin mantenga el 51% que posee en la compañía al considerar que la operación no plantea problemas de competencia.

El resultado será una empresa conjunta que concentrará los servicios de transporte de pasajeros entre el Reino Unido y América del Norte que hasta ahora prestaban ambas compañías por separado.

Compartirán los derechos de acceso -especialmente en el aeropuerto londinense de Heathrow donde hay problemas para conseguir franjas horarias ("slots")-, así como los ingresos, gastos y los sistemas de fidelización de pasajeros.


Algunos de los servicios de Delta y Virgin Atlantic se solapaban en las rutas Londres-Nueva York, Londres-Boston, y en otras entre el Reino Unido y América del Norte, pero la Comisión ha constatado que seguirán existiendo competidores lo suficientemente fuertes en el sector, como British Airways y American Airlines.

La empresa conjunta operará 31 rutas entre EEUU y el Reino Unido, 23 de ellas a partir del aeropuerto londinense de Heathrow y nueve en la disputada conexión Londres-Nueva York.

La aerolínea Delta es un gigante de 80.000 trabajadores que transporta 160 millones de pasajeros cada año (buena parte de ellos en el mercado doméstico de EEUU), mientras que Virgin es una aerolínea mucho más pequeña pero muy eficiente, especializada en el mercado del Atlántico Norte, aunque se ha expandido últimamente a mercados como Australia y el este de Asia.