Las comisiones del Presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, y del de facto, Roberto Micheletti, firmaron hoy el acuerdo final que busca ponerle fin a la crisis política del país, según el cual la próxima semana debe integrarse un gobierno de reconciliación nacional.
"Con la negociación de los puntos pendientes, los delegados de las dos comisiones acaban de firmar el Acuerdo de Tegucigalpa San José", anunció ante la prensa el secretario de Asuntos Políticos de la Organización de Estados Americanos (OEA), Víctor Rico, en el hotel de Tegucigalpa donde se celebró el acto.
En la mañana, el Presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, calificó hoy el acuerdo como "triunfo para la democracia hondureña".
"El solo hecho de que se esté ya reconociendo la necesidad de retrotraer los poderes del Estado al 28 de junio del 2009 significa un triunfo para la democracia hondureña y (...) el retorno de la paz para el país", dijo en declaraciones a Radio Globo.
También supone "la posibilidad de que las elecciones en Honduras se confirme que podemos realizarlas en igualdad de competencia y con libertad", añadió.
Zelaya, que calificó de "vía crucis" el camino para llegar a este pacto, consideró el convenio como "histórico" e hizo un llamado a la calma a la población.
"Llamo a toda la población, sin distingos de ninguna de las ideologías que en este momento están en vigencia, tomemos el acuerdo con satisfacción y con calma y que esperemos mañana su firma final", indicó la emisora, uno de los pocos medios que le ha dado su apoyo.
"Le decimos al pueblo hondureño que, más allá de todo tipo de celebraciones, miremos estos acuerdos como un símbolo de paz para nuestro país y de restauración de nuestra democracia", sostuvo.
El mandatario depuesto subrayó que la misión estadounidense encabezada por el subsecretario de Estado Thomas Shannon, llegado el miércoles al país, "ha jugado un papel fundamental, clave, igual que la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea, todos los países de América".
Hizo votos, asimismo, para que este acuerdo sea "una garantía para que el sentido de la interrupción democrática que significan los Gobiernos de facto sean experiencias que no las volvamos a repetir" en Honduras.