1. Retroceso del PP y de Mariano Rajoy
Aunque sigue siendo la colectividad política más votada, el Partido Popular del jefe de gobierno español, Mariano Rajoy, sufrió un serio retroceso en las urnas en sólo cuatro años, los mismos que lleva al frente del Ejecutivo. Así, en sólo una jornada electoral, el PP perdió 500 de las 3.300 mayorías absolutas que disfrutaba en distintos municipios. Ahora se quedará con 2.700. De la misma forma, el Partido Popular cayó 10 puntos en el número total de votos (del 37% al 27%) en las elecciones municipales en todo el país, lo que representa una pérdida de casi dos millones y medio de sufragios. Con la inminente pérdida de la alcaldía de Madrid, y la derrota en Valencia, Aragón y Cádiz, Rajoy se queda como el único sobreviviente de la generación que participó en el gobierno de José María Aznar (1996-2004). Pese a esto Rajoy dijo ayer que no prevé realizar ningún cambio en el gobierno ni en el seno del PP y que se sentía "muy cómodo y muy tranquilo" como el mejor candidato del partido de cara a las elecciones generales previstas para fin de año.
2. Partidos "bisagra" en una era de pactos
Con los buenos resultados obtenidos por los dos partidos emergentes o por agrupaciones que contaban con su apoyo (como Ahora Madrid, en la capital española, con Manuela Carmena, y Guanyem Barcelona en la capital catalana, con Ada Colau), la irrupción de Podemos y Ciudadanos en unas elecciones locales parece pavimentar el fin del bipartidismo (PP-Psoe) que marcó la política española por 30 años, el peso de esas fuerzas como partidos bisagra, clave para la conformación de gobiernos municipales y regionales, y el inicio de una etapa marcada por los pactos y el diálogo. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que como tercera fuerza municipal (6,5% de los votos, muy lejos del 27% y el 25% del PP y del Psoe, respectivamente) podría facilitar la gobernabilidad del PP en alcaldías y regiones, exigió el cumplimiento de un decálogo anticorrupción que incluye elecciones primarias en los partidos para elegir a sus candidatos, condición que el PP no cumple de momento. Por su parte, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, proclamó que "quien se quiera entender con nosotros, tendrá que dar un giro de 180 grados".
3. Elecciones generales en la mira
Tras las elecciones municipales y autonómicas del domingo, las miradas del escenario político comienzan a centrarse en los comicios generales de fin de año que determinarán el color del gobierno español. Aunque no son completamente extrapolables, el resultado del domingo entrega algunas señales de lo que podría ocurrir en las elecciones legislativas. Si se aplicara el resultado de las elecciones municipales a las parlamentarias de fin de año, dejaría al Congreso más fragmentado desde 1975. El PP perdería 54 escaños y quedaría a 44 de la mayoría absoluta para formar gobierno. En tanto, el Psoe tendría 119 escaños, nueve más de los actuales. De esta forma, la formación de un Ejecutivo sería tarea de ingeniería política y mantenerlo en el tiempo de un equilibrismo político.
4. El Psoe no logra levantar cabeza
Aunque el Partido Socialista Obrero Español (Psoe) no se llevó la peor parte de los comicios, no logra levantar cabeza desde los malos resultados que ha conseguido desde 2011. Así, todavía está a una distancia de casi 450.000 votos por debajo del PP. Los socialistas se mantienen como segunda fuerza municipal con el 25% de los votos y retrocedieron 2,76 puntos respecto de lo logrado hace cuatro años. Por primera vez desde las primeras elecciones locales de 1979, la suma de votos del PP y Psoe apenas supera el 52%. De igual forma, el Psoe recuperó uno de sus feudos históricos, la comunidad de Extremadura, que en el último período había sido gobernada por el PP. Además, los socialistas lograron mantener el gobierno regional de Asturias, la única región que gobierna junto a Andalucía, donde revalidó su victoria hace dos meses.