Durante el encuentro de dos días, auspiciado de manera conjunta por Suiza y México, los funcionarios evaluarán cómo gastar el dinero destinado a reducir el calentamiento global, quién deberá administrarlo y cómo deberá distribuirse.
Poner un alto al avance del calentamiento global cuesta dinero. Se espera que los países ricos, los grandes emisores de gases con efecto invernadero, creen fondos para ayudar a las naciones más pobres, muchas de las cuales ya están lidiando con las consecuencias del cambio climático, como en el caso de sequías o inundaciones.
Uno de los pocos acuerdos que se alcanzó el año pasado durante la conferencia sobre clima de Naciones Unidas en Copenhague, Dinamarca, fue la creación de un fondo de US$30.000 millones para comenzar a resolver el problema y la posibilidad de establecer otro fondo US$100.000 a largo plazo.
Sin embargo, lo que no se llegó a acordar es cómo debería emplearse ese capital, quién se haría cargo de distribuirlo o, incluso, quién debería contribuir con dinero para este fondo.
NECESIDADES DIFERENTES
Los países en desarrollo quieren ayuda ahora, pero no quieren que los donantes recorten su presupuesto de ayuda para financiar esta nueva iniciativa.
Las naciones ricas, por su parte, están ansiosas por invertir en tecnologías verdes. Los bienes o productos que utilizamos a diario como un automóvil o un refrigerador, deben ser sostenibles y económicos si lo que se quiere es reducir el calentamiento global.
La reunión de Ginebra explorará formas de financiar estos cambios.
Aunque se espera que el encuentro no dé como resultado decisiones firmes, muchos consideran que llegar a un acuerdo es crucial si se quiere lograr algún progreso en la próxima cumbre sobre clima que tendrá lugar en Cancún, México, en diciembre.