Comienza el calor y nos empezamos a poner ropa más ligera. Lo que nos interesa es que nuestros brazos y piernas tengan un aspecto firme y tonificado, porque después de un invierno consumiendo alimentos de alto contenido en grasas y azúcares –y en muchos casos sin ejercicio–, la piel se vuelve flácida.
Además, con la edad (a partir de los 25 años) disminuye la actividad de las células encargadas de producir colágeno y elastina, que son los tensores naturales de nuestro cuerpo. El envejecimiento celular, la mala alimentación, el estrés y los cambios bruscos de peso, son algunos de los responsables de la flacidez. La disminución del nivel de agua en la dermis es otra de las características que acompañan a este trastorno, que aparece generalmente en muslos, brazos, glúteos, abdomen y busto.
Mejorar la hidratación, una dieta balanceada que incluya frutas, verduras, lácteos y cereales, la aplicación de cremas reafirmantes en forma ascendente y con movimientos circulares, nos ayudan a mejorar el aspecto.
La kinesióloga de la Clínica Sara Moncada, Andrea Moraga, advierte que hay tres factores que influyen directamente en la flacidez: el genético (que incide en la mala calidad de la piel); la edad (con los años perdemos la firmeza y disminuye la cantidad de colágeno, especialmente en la etapa menopáusica); y el género (las mujeres generalmente somos de piel más delgada que los hombres, porque tenemos menos colágeno que ellos).
CUIDADO POR FUERA
La dermatóloga de la Clínica Santa María, Irene Araya, dice que es importante utilizar algunas cremas para mejorar la tonicidad. Igual de relevante es empezar a incrementar una rutina de ejercicios para así trabajar la musculatura de glúteos, muslos y brazos.
En el caso de los productos de uso tópico, la dermatóloga recomienda aquellos preparados que contengan centella asiática (por su efecto anticelulítico), cafeína (hace que se contraiga la piel y pierda volumen), hedera helix (especie botánica de hiedra con propiedades liporeductoras) y cafeisilane C (por su efecto citoestimulante y reestructurante del silicio). Todos estos compuestos, en mayor o menor grado, actúan tanto en el tratamiento de la lipodistrofia o celulitis como en el combate a la flacidez de la piel, especialmente, en el área de glúteos, muslos, brazos y cuello. La doctora Araya asegura, además, que lo mejor es aplicar estos productos después del baño y siempre con masajes circulares ascendentes, para lograr una mejor absorción.
La kinesióloga recomienda también exfoliar la piel cada semana para estimular la renovación celular. Para este procedimiento existen una serie de productos en el mercado, pero hay un dato casero que no falla: azúcar y miel. Si también mezclamos centella asiática con gel criógeno (disponibles en farmacias) y aplicamos todas las noches, tanto mejor.
EN PRO DE LA TONIFICACIÓN
Andrea Moraga dice que es importante realizar rutinas de bajo impacto, como el pilates, que fortalezcan la musculatura.
Nos explica también que hay tratamientos estéticos enfocados en reafirmar, entre ellos está la radiofrecuencia que calienta gradualmente las capas profundas de la dermis, incrementando la expresión del colágeno (y una nueva formación) con lo que la piel se contrae y la flacidez disminuye, la hace ver más firme y tonificada en nuestras áreas más problemáticas. "Cuando se tiene una piel muy flácida es posible recuperar su firmeza, pero lo que hay que tener en cuenta es la importancia de hacerlo durante todo el año, y no sólo cuando llegue el verano para poder usar traje de baño sin complejos", dice Moraga.
Existe otra alternativa estética: la electroterapia, que simula la contracción muscular del ejercicios. Tratamientos con láser también contribuyen a la formación de colágeno, logrando un mejor aspecto en la piel.
Los masajes reafirmantes y las máscaras corporales son igualmente una buena medida. El objetivo de este tipo de procedimientos es estimular la producción de colágeno. Pero hay algo que es necesario tener en cuenta según Andrea Moraga: "En el caso de que la piel esté muy dañada, es difícil volver a recuperarla. La efectividad de los tratamientos estéticos depende de la condición de cada paciente, por eso es vital realizar una evaluación detallada antes de iniciarlo", añade.
CÓMO ALIMENTARSE
Después de los 30 años, las mujeres deben poner más ojo a lo que comen, porque cambian las necesidades del cuerpo y el metabolismo evoluciona. Comemos más porque a esta edad tenemos más eventos sociales. Lamentablemente, con el paso de los años, el cuerpo quema menos energía. Lo mejor es disminuir el consumo de grasas y tener un aporte constante de calcio para evitar que el cuerpo lo extraiga de los huesos. También hay que consumir antioxidantes, que son vitales para retrasar el proceso natural del envejecimiento. El buen estado de nuestra piel (lisa, firme y tonificada) es resultado también de una correcta hidratación. De ahí la insistencia de los especialistas en tomar 2 litros de agua al día. Lo que hace el líquido es eliminar las toxinas para evitar que sean reabsorbidas y causen algún daño a los tejidos.
Lo que recomienda la nutricionista de la Clínica Santa María Marcela Cosentino, es ingerir agua pura y evitar bebidas, café y jugos con azúcar, porque aportan más calorías. El tabaco y el alcohol están prohibidos: "El primero le saca las vitaminas a la piel y crea radicales libres que la atacan y que dañan el proceso normal de recuperación de las células de la piel; y el segundo apaga la tez", agrega.
No hay que olvidar que comer sano no implica dejar todas las grasas de lado. Están las de buena calidad, como los ácidos grasos monoinsaturados (el aceite de oliva y la palta) y los ácidos grasos poliinsaturados (los aceites de semillas, el salmón, y los frutos secos oleaginosos como almendras y nueces). También es muy importante incorporar alimentos con vitamina E, presente en aceites vegetales y frutos secos, en el germen de trigo y de los cereales, y en algunos vegetales de hojas verdes (espinacas). Esta vitamina cumple una acción antioxidante y neutraliza el efecto dañino de los radicales libres que en verano aumentan debido a los rayos ultravioletas.
MEJORAR LA TEXTURA DE LA PIEL
La nutricionista Marcela Cosentino, sugiere una dieta para mantener la piel firme.
DESAYUNO
1 taza de leche descremada
1/2 taza de cereales integrales
1 vaso de jugo de naranja exprimido
COLACIÓN 1/2 MAÑANA
1 manzana
ALMUERZO
Salmón a la plancha con especies
Brócoli salteado con aceite oliva
Ensalada de lechuga
1/2 taza de arroz integral
1 pomelo con sucralosa
ONCE
1 taza de leche cultivada light
1 rebanada de pan de salvado
1/4 de palta
CENA
1/2 pechuga de pollo asado
Ensalada de espinaca con gajos de naranja
Jalea diet con yogur natural