Con el solo imperio de la ley que comenzó a regir ayer, cerca de 10 millones de chilenos son considerados ahora como potenciales donantes de órganos. Eso, pues han cumplido la mayoría de edad y no manifestaron, en los últimos tres años, una voluntad contraria. A partir de ahora, quienes no quieran ser donantes deberán comunicarlo vía notarial.
Se trata de un cambio a la Ley del Donante Universal, que rige desde 2010 y que establecía que, al renovar cédula de identidad o licencia de conducir, las personas debían ser consultadas sobre su voluntad de entregar sus órganos. Un balance realizado un año después, sin embargo, mostró que el mecanismo había obrado en la dirección contraria: la consulta se hacía en circunstancias tan ajenas a la naturaleza de la decisión, que ayudó a formar una larga lista de no donantes.
Según el Registro Civil, hay 3.888.431 chilenos en el registro de no donantes. Sin embargo, de acuerdo a cifras del Ministerio de Salud, casi la mitad no recuerda haber sido consultada o dice que fue mal ingresada.
CAMBIOS
Ahora, a los chilenos no se les preguntará si quieren o no donar sus órganos, pero se establece una garantía para las personas renuentes, que deberán acudir a una notaría y documentar su decisión, para dejar en claro que no desean facilitar un trasplante.
Para detallar el proceso, la Corte Suprema informará hoy el trámite que se requerirá. Inicialmente se había acordado que fuese una declaración simple -a un valor de $ 500-, pero el lunes, el máximo tribunal estableció que debía ser una escritura pública o un documento privado notariado, que sube los precios a $ 8.400 y $ 5.900, respectivamente, lo que generó dudas sobre la pertinencia de fijar un tan alto valor para este tipo de trámite.
"En vista de la resolución de la corte, estamos proponiendo a los notarios fijar en $ 5.000 el precio para este trámite y que sea una escritura pública", dijo Armando Arancibia, presidente de la Asociación de Notarios, Conservadores y Archiveros Judiciales.
El actual registro de no donantes, en tanto, no será puesto en cero. La lista de 3,8 millones de personas se mantendrá, pero irá mermando a medida que caduquen sus cédulas de identidad pues, cuando eso ocurra, pasarán a ser donantes. Por eso, quienes no desean entregar sus órganos deberán usar esa instancia par notariar su decisión.
Según el coordinador nacional de trasplantes del Minsal, José Luis Rojas, este año se han realizado 245 trasplantes, tras la donación de 82 personas. "Con esta ley, Chile se consagra como país donante. Genera un escenario social y cultural distinto. Ahora las familias tendrán más certezas de las voluntades, porque si alguien se inscribió como no donante, habrá seguridad de su voluntad", dijo Rojas, quien añadió que el 53% de las familias consultadas en los hospitales rechaza donar órganos.
También, quienes están erróneamente inscritos como no donantes y no desean esperar, podrán firmar en notaría para salir del registro.
"Independientemente del registro, la última voluntad la tienen los familiares. Siempre se les va a preguntar sobre la donación de órganos, aunque se haya hecho la declaración ante notario", dijo el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
Ana María Arriagada, presidenta de la Corporación del Trasplante, sostuvo que la norma "no va a aumentar las donaciones por sí sola, pues tiende a distorsionar el concepto de solidaridad. Esta ley es poco democrática, pues fija una tarifa para ser no donante. Lo importante es que la comunidad sepa que los equipos médicos siempre van a respetar la voluntad de la familia, que refrenda lo que su fallecido manifestó en vida", agregó.