En Benevento Jazz Café, Billy Holiday y Louis Armstrong no sólo se escuchan: también se toman. Los cócteles a base de bourbon y ginebra, respectivamente, son parte de la carta y el repertorio del local, inaugurado la semana pasada en Providencia. Con la histórica Orquesta Huambaly tocando esa noche, el local de José Manuel Infante 273 ahora forma parte del renovado circuito del jazz en Santiago.
Aunque es un género históricamente relacionado a la bohemia -y en Chile, al menos en sus inicios, a la elite-, el circuito del jazz se está renovando en la capital. A la apertura el 2013 del local del trompetista Cristián Cuturrufo, The Jazz Corner, la semana pasada se sumaron a la oferta el Benevento y el Club de Jazz, en su nueva sede en la Casa Maroto, parte ahora del Mall Plaza Egaña. El proyecto, que incluye un restaurant y próximamente salas de ensayo, le pone fin a la itinerancia del club -gatillada por el derrumbe del local anterior con el terremoto del 2010- y se inauguró justo a tiempo para celebrar, hoy, el Día Internacional del Jazz.
Según Edgardo Cruz, presidente del directorio del Club de Jazz, el nuevo local "tiene un estilo más elegante e internacional; la bohemia tenemos que generarla nosotros". Y aunque las noches de viernes y sábados son sagradas, no descarta la idea de tocar otros géneros durante la semana.
JUEVES DE JAZZ
Otro lugar que escuchó la mayor demanda de jazz en vivo es el Instituto Chileno-Norteamericano. Su directora de Cultura, Rosario Martínez, explica que "los conciertos son una de nuestras actividades más concurridas, con 40 o 50 personas por sesión". Por eso, y para satisfacer a una heterogénea concurrencia, las sesiones se extendieron durante todo el año. "Ahora realizamos dos funciones al mes, el segundo y el cuarto jueves -dice Martínez-, para que se sepa que esos dos días siempre habrá jazz". La actividad ahora será gratuita, igual que la programación audiovisual de 40 minutos agendada para hoy a las 19.00. Luego habrá una conversación en torno al Día Internacional del Jazz entre académicos y expertos.
El Goethe-Institut, famoso por sus "Miércoles de jazz", también cuenta con dos eventos fijos en su calendario. El ciclo de cine mudo con músicos improvisando en vivo, por ejemplo, tendrá su séptima versión durante agosto en el Café Literario del Parque Balmaceda, y el "Festival de Jazz EU" ya va por su quinta versión. Según Lisa Flükiger, del área de Programación Cultural del Goethe-Institut, "definitivamente existe un 'renacimiento' de la apreciación del jazz en Chile, el público está muy abierto al jazz contemporáneo y la fusión. Creo que la escuela de ProJazz ha influido mucho en eso, porque hace mucho énfasis en la interdisciplinariedad". Fiel a esa idea, el instituto se sumará a la celebración de hoy con dos charlas gratuitas en su campus Bellavista, a las 16.00 y a las 17.15, y a las 19.30 se llevarán a cabo un concierto doble y una jam session.
CLASICO Y VIGENTE
El Día Internacional también se celebra desde la experiencia. Erwin Díaz, dueño del clásico Thelonious, organizará en Bombero Núñez 336 un concierto de Roberto Carlos Lecaros con varios músicos invitados. Para Díaz -que lleva nueve años en el rubro-, el auge de espacios que dan cabida al género no va necesariamente de la mano con una mayor demanda: "Los que empiezan a tocar está música en sus locales lo hacen por poco tiempo, hasta que los números no son los que ellos esperan. Por eso los llamo 'los temporeros del jazz'".
Según él, no todos los administradores de locales tienen la confianza de los músicos, tema clave para mantener el lugar en pie. A Díaz lo avalan su trayectoria, la calidad del recinto y la fidelidad de los asistentes. "Acá viene el público militante, explica. No pongo música para vender pizzas o piscolas; lo más importante es lo que sucede en el escenario de martes a sábado. Una buena cocina y una buena barra son secundarias".
De eso -del local y de su público-, Víctor Vega sabe. Asiduo del Thelonious y dueño de la disquería Sonar, ubicada en el Paseo Las Palmas, reconoce la misma tendencia que Díaz entre sus clientes: "un público mayor de gusto más clásico y otro, de entre 20 y 45 años, con uno más amplio -como jazz experimental". Sin embargo, es más optimista que Díaz sobre el escenario actual del género en Santiago. Según él, "hay un auge que va agarrando fuerza de a poco. Se nota en la gente más joven, que de a poco se está interiorizando en el género".