Tras el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que rechazó hoy por unanimidad las acusaciones cruzadas de genocidio entre Croacia y Serbia, recordamos cómo fue que se articularon sendas demandas tras la muerte de miles de civiles durante la guerra de los Balcanes.
La sentencia del alto Tribunal de la ONU fue categórica: "Serbia no cometió genocidio en Croacia" durante la guerra balcánica, estimó el presidente de la Corte, Peter Tomka, lo mismo que repitió poco después respecto a los croatas durante la Operación Tormenta que Zagreb desplegó en el verano de 1995, y en la que las víctimas fueron serbios y serbocroatas en su territorio.
La Corte señaló que no puede acusar de "genocidio" a ninguna de las dos partes ya que no ha encontrado según los argumentos y pruebas presentadas por Croacia y Serbia, evidencias suficientes para demostrar un "intento de genocidio" claro.
El inicio de la disputa legal comenzó el 2 de julio de 1999, cuando Croacia acusó en la CIJ a la República Federal de Yugoslavia (RFY, de la que Serbia es heredera), de haber violado la Convención para la Prevención y el Castigo del Crimen de Genocidio en su territorio entre 1991 y 1995.
Según la denuncia presentada por Croacia, de la agresión de la ex república de Yugoslavia a su territorio resultaron en total 20.000 muertos, 55.000 heridos y más de 3.000 personas desaparecidas, y sólo en la ciudad de Vukovar, hubo 1.700 muertos y más de 4.000 heridos.
Como base para justificar la jurisdicción de la CIJ, Croacia invocó el artículo IX de la convención de 1948, de la que, alegó, formaba parte también Serbia.
Por su parte, Serbia presentó en 2002 algunas objeciones preliminares sobre la jurisdicción y la admisibilidad del caso, pero en 2008 la Corte se declaró competente para tramitar la denuncia de Croacia contra Serbia por genocidio y precisó que esta decisión podría ser revisada en el fallo final.
Belgrado también acusó a Zagreb de violar la convención de 1948 durante la llamada "Operación Tormenta" de 1995, con el fin de "destruir a los nacionales serbios y el grupo étnico en Croacia como tal, sobre todo en (la región de mayoría serbia de) Krajina".
También acusó a Croacia de no haber castigado los actos de genocidio cometidos contra serbios y otros grupos étnicos en su territorio, así como de conspiración, incitación e intento de genocidio y complicidad con el genocidio.
El Estado serbio pidió también que se condenara a Croacia al pago de una compensación plena a los serbios y otros grupos étnicos afectados.