Cómo se gestó la renuncia de Pablo Longueira a la carrera presidencial por una depresión
<p class="bullet">Juan Pablo Longueira, flanqueado por sus hermanos Alejandro y Tomás, informó ayer la decisión de su padre de abandonar la carrera presidencial.</p> <p class="bullet">A una semana de ganar las primarias oficialistas, el ex ministro presentó un cuadro depresivo fulminante.</p>
Hasta el fundo familiar de Pablo Longueira, en las cercanías de Melipilla, arribó la noche del martes el ministro del Interior, Andrés Chadwick. En su calidad de jefe de gabinete del Presidente Sebastián Piñera, pero también de amigo personal y padrino de Matías -uno de los siete hijos del hasta ese minuto candidato presidencial de la Alianza-, el titular del Interior sostuvo una íntima pero determinante reunión con el propio Longueira, su mujer, Cecilia Brinkmann, y todos sus hijos.
A esa altura, no quedaban muchas dudas respecto de la decisión que estaba por venir. A poco más de dos semanas de haber sellado su triunfo sobre Andrés Allamand, en las primarias presidenciales del oficialismo, el abanderado de la UDI tendría que abandonar la carrera presidencial, afectado por un fulminante cuadro de depresión.
El diagnóstico era claro y sólo quedaba comunicar la decisión.
La información la manejó con recelo el círculo más íntimo del candidato presidencial. Además de Chadwick, quien mantuvo permanentemente informado al Presidente Sebastián Piñera, sólo Joaquín Lavín, su generalísimo de campaña, y Cristián Leay, su amigo íntimo en el comando, estaban enterados en la mañana de ayer.
De hecho, fue el ex ministro de Desarrollo Social el encargado de afinar con la familia los detalles de la puesta en escena a través de la que se haría pública la noticia.
Fue así como se decidió que fueran los hijos mayores de Longueira, Juan Pablo, Alejandro y Tomás los portavoces de la decisión de su padre.
Pocos minutos antes de la cinco de la tarde de ayer, los tres llegaron hasta la sede del comando de Longueira, en avenida Nueva Los Leones. Tras reunirse con el propio Lavín y miembros del equipo de campaña, ingresaron cabizbajos a la sala de prensa.
"Nuestro padre se encuentra enfermo. Con posterioridad al triunfo de la elección primaria de la Alianza, durante unos días de descanso, su salud se fue deteriorando producto de un cuadro de depresión médicamente diagnosticado", leyó Juan Pablo, en una carta firmada por toda la familia. "Nuestro padre siempre ha actuado así en la vida y eso es lo que hemos aprendido como familia. De esta forma, nos vemos enfrentados a este doloroso e ineludible momento. Por su responsabilidad con Chile, con su Alianza política y su partido, nuestro padre ha presentado hoy su renuncia a su candidatura presidencial".
Tras leer la misiva, Lavín, Leay y Gonzalo Cornejo se fundieron en abrazos con los hijos de Longueira.
Pese a la dura exigencia que significaron los dos meses de campaña con los que Longueira consiguió arrebatarle el triunfo a Allamand en las primarias oficialistas, según sus cercanos, el ex ministro no mostró más que signos de cansancio. De hecho, se comentaba que la victoria había "energizado" al abanderado UDI, quien se mostraba de muy buen ánimo.
Pero la primera señal de alerta vino el martes 9 de julio pasado. Ese día, el ex ministro encabezó su última rueda de prensa: junto a su generalísimo, pusieron paños fríos a la polémica con Allamand, luego que anunciara su candidatura al Senado por Santiago Poniente. Al día siguiente, Longueira estaba invitado a una reunión privada con un grupo de empresarios en Libertad y Desarrollo, donde hablaría de política junto a Hernán Büchi, quien expondría sobre economía.
La ponencia tuvo que ser entregada por Lavín. ¿La razón? Longueira no se sentía bien, presentaba los primeros síntomas.
La descompensación lo obligó a tomarse inmediatas vacaciones.
Desde ese día, se refugió en el campo de sus padres, mientras su familia se trasladaba al centro invernal La Parva. Según sus cercanos, permaneció en soledad durante varios días, momentos en los que se fue agravando su situación.
Aconsejado por el propio ministro del Interior -quien fue uno de los primeros en ser informados junto al Presidente- el entonces candidato presidencial recurrió a un médico de confianza, a mediados de la semana pasada. Fue recién el miércoles cuando el diagnóstico estaba en manos de su familia, cercanos, y del propio Chadwick: Longueira presentaba un cuadro depresivo severo que requería un tratamiento inmediato.
El ex ministro de Economía debía iniciar una recuperación que le significaban, como mínimo, entre uno y dos meses fuera de toda actividad.
El panorama era complejo: no había posibilidad de enfrentar la carrera presidencial, sin que se hiciera evidente el padecimiento. La situación se fue precipitando el domingo pasado, cuando Longueira presentó una nueva crisis que alertó definitivamente a La Moneda y su entorno. La información se mantuvo en el círculo cerrado, sorprendiendo ayer a toda la dirigencia oficialista.
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