Ha llegado carta, Talento chileno y El club de la comedia son algunos de los estelares que Chilevisión puso en pantalla durante el primer semestre del año y que no dieron los resultados esperados en rating. Pero la semana pasada, el prime de la señal vivió un respiro gracias al estreno de la segunda temporada de Manos al fuego, espacio que conducen Eva Gómez y César Antonio Campos. 

El programa es del género de telerrealidad y cámaras ocultas, donde personas comunes y corrientes deciden probar a sus parejas en fidelidad. La producción se encarga de poner tentaciones en el camino. Si todo sale bien,  los participantes ganan 500 mil pesos. La semana pasada, todo salió mal y los tres hombres puestos a prueba les fueron infieles a sus mujeres en pantalla.

El capítulo fue de lo más comentado en las redes sociales, y  registró 18,7 puntos de rating, siendo lo más visto del horario prime. En lo que va de 2014, CHV ha experimentado esa situación, únicamente, con el Festival de Viña y con los partidos de la selección chilena.

EL DESAFIO DEL REGRESO

"No era obvio que nos iba a ir bien sólo porque en la primera temporada nos fue bien", dice Andrea Vargas, productora ejecutiva de Manos al fuego. "Una de nuestras ideas fue hacer cambios para este año y hasta ahora ha funcionado".

El cambio más importante es la prueba del beso, ya que antes la prueba de fidelidad era una mirada. Vargas recuerda que el año pasado sólo una de las parejas puestas a prueba, y sin mucha presión, llegó a besar al "anzuelo" -seudónimo que les dan a los actores-tentación en Manos al fuego-.

El casting de esta temporada tuvo como foco conseguir "anzuelos más seductores", tal como lo explica Vargas. Son cinco mujeres extranjeras, y cuatro hombres, los encargados de "hacer caer" a las parejas. Y, según lo comprobado por la producción, los extranjeros tienen mejor llegada con los chilenos, porque son vistos, según ellos, como "personas desvalidas".

Los "anzuelos" también deben ser capaces de seguir instrucciones al pie de la letra. Esto porque el director Diego López es quien les indica qué hacer y qué decir;  él es el hombre que maneja toda la situación durante las casi dos horas de grabación. Nada es improvisado desde el lado de la producción, advierten.

César Antonio Campos, el conductor que está con los participantes que asisten al programa para ganar dinero  y también saber si sus parejas pasan las pruebas de fidelidad, asegura que su labor no es simple. "Por un lado, nos gustaría que todos ganaran, pero cuando ocurre lo contrario uno comienza a empatizar con lo que van viviendo. A nadie le gusta ver cómo tu pareja te defrauda", cuenta.

Los creativos de Manos al fuego están trabajando desde febrero en el nuevo ciclo, y siguen grabando, por lo que no quieren revelar muchos detalles de lo que saldrá en pantalla próximamente. Sin embargo, cuentan que las que darán la sorpresa en esta temporada serán las mujeres, y que a la fecha les han llegado más de seis mil correos electrónicos de personas que quieren participar. "Lo que nosotros hacemos es verificar que las parejas no tengan hijos, eso es excluyente, y que no se hayan puesto de acuerdo para ir al programa", explica la productora ejecutiva.

Y ante los cuestionamientos que han surgido sobre la veracidad de los capítulos emitidos, Vargas opina: "Es absurdo pensar que la gente se prestaría para algo así. Ellos ni sospechan que están siendo grabados y observados por sus parejas".

Para los que están detrás de cámaras, el éxito de Manos al fuego se ha dado "porque en Chile somos muy curiosos". Y, para Campos, en tanto, es porque el programa "toca de una forma distinta un tema trascendental, que es el amor y la confianza".