Después del sorpresivo acercamiento que protagonizaron el miércoles Cuba y Estados Unidos en busca de normalizar sus relaciones diplomáticas, Venezuela perdería a su principal aliado en la prédica antiestadounidense en América Latina.

Desde que asumió en 1999 la presidencia del mayor exportador de crudo de Sudamérica, el fallecido Hugo Chávez inició una carrera para contrapesar la influencia estadounidense en Latinoamérica y para ello impulsó organizaciones regionales como la Unasur y el ALBA, que excluyen a Estados Unidos.

Pero sin la arrolladora personalidad de Chávez han ido perdiendo fuerza y, a medida que la crisis económica abraza a Venezuela, su influencia se hace sentir cada vez menos.

No sólo Cuba volteó su vista con una actitud más conciliadora hacia el norte, otros aliados de Venezuela como Bolivia y Ecuador han mostrado -pese a su discurso combativo- interés por trabajar codo a codo con Estados Unidos.

Hace unos días, por ejemplo, el canciller boliviano David Choquehuanca dijo que planteó una reunión entre el presidente Evo Morales y su homólogo estadounidense, Barack Obama, para recomponer las relaciones entre ambos países, rotas desde la expulsión en 2008 del embajador de Washington en La Paz.

Y, a pesar de sus encendidas palabras contra Estados Unidos, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, no ha dado paso en falso que pueda afectar la relación económica con su mayor socio comercial.

Incluso Nicaragua, donde Washington apoyó en la década de 1980 a los contras que combatieron a los sandinistas que hoy están en el poder, duplicó su comercio bilateral con Estados Unidos desde que el ex guerrillero, Daniel Ortega, asumió la presidencia en el 2007.

"En toda América van en una dirección, Nicolás no sabe a donde va, esa es la realidad dura que nos toca a los venezolanos, pero la cambiaremos", se quejó el líder opositor Henrique Capriles en su cuenta de Twitter. "El único país en esta situación es el nuestro"

¿SÓLO AMENAZAS?

Pero Venezuela ha ido a contracorriente. Durante los tres lustros de gobierno socialista amenazó, varias veces, con cortar el suministro de petróleo hacia Estados Unidos, su principal mercado de exportación.

Aunque nunca ha cumplido su advertencia, ha diversificado su mercado y cada vez envía más barriles a China y Centroamérica en detrimento de Estados Unidos.

Para el analista político Luis Enrique Alcalá, el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos puede también hacer más fácil que se limen asperezas entre Washington y Caracas.

"Pero por su pose socialista, revolucionaria, no le será fácil a Maduro adoptar un rol más conciliador", dijo.

Desde el 2008, cuando Chávez expulsó al embajador estadounidense, ambos países carecen de jefes diplomáticos y sus relaciones están al mínimo.

Y unas sanciones que Obama podría firmar contra varios funcionarios venezolanos, por supuestas violaciones a los derechos humanos, podrían ser la gota que derrame el vaso.

"A veces provoca, si uno actuara solamente con el sentimiento de dignidad, provoca romper las relaciones diplomáticas y políticas con el Gobierno de Estados Unidos", dijo Maduro en una reciente entrevista.

"Pero ahí respiro y me entra la sabiduría chavista, ese conflicto no va a durar seis meses, un año, es histórico, trae 200 años", agregó.