Una mujer quiere escapar de su pasado. Atrás quedó un crimen traumático, la soledad y una familia marcada por la tragedia. Pero los recuerdos se van con facilidad y ella, quien busca su espacio en la gran ciudad, debe regresar.
A simple vista, el argumento de Las cosas también tienen mamá, el nuevo montaje de la compañía La Mona Ilustre, puede sonar a un relato espeso teñido de drama. Pero quien haya visto las piezas anteriores del grupo, como Los peces no vuelan o Juan Salvador Tramoya, sabrá que el componente lúdico es el que prevalece.
Con actores, objetos y muñecos, el colectivo integrado por chilenos, españoles y franceses, ha afinado desde el 2009 un estilo que apela a la expresividad corporal y de objetos inanimados, y por sobre todo, a la búsqueda de la emoción. "Utilizamos todo este batallón: la gestualidad, visualidad, movimiento y trabajo de objetos, para narrar temas cotidianos", dice el director Miguel Bregante.
La obra tuvo una pasada en el Festival La Rebelión de los Muñecos, en mayo pasado, y ahora regresará en cuatro funciones desde este sábado en el Teatro Facetas. Bregante explica que en mayo la compañía no tuvo tiempo de afinar detalles. "Apenas pudimos prepararla. Ahora le hemos puesto más cariño, más tiempo, hicimos cambios para contar lo mismo, que es el tesoro de cargar con la historia y los recuerdos", cuenta.
La pieza combina a cuatro actrices que se desdoblan en varios personajes. Además hay muñecos, una especie de maniquí, objetos que se reconvierten según la necesidad, y hasta teatro de sombras. La escenografía, de Eduardo Jiménez (ex colaborador de La Troppa), apela a un espacio fijo en que mesas, roperos y maletas van cambiando de significado dramático.
Las pocas funciones que La Mona Ilustre ofrecerá de Las cosas también tienen mamá, se explica porque en febrero partirán a Taiwán, invitados al Taiwan International Festival of Arts (Tifa), de Taipei, uno de los más importantes de Asia, donde se han presentado Ariane Mnouchkine, Robert Lepage, Peter Brook y Robert Wilson, entre otros.
"Fue una sorpresa. Es un gran festival y vamos a montar Los peces no vuelan", cuenta Bregante. Esta es la primera compañía chilena que viaja, y para el director, es la consecuencia del éxito extranjero de Los peces no vuelan, presentada en España, donde estuvieron más de un año.