"El resultado no fue sorpresivo. Nosotros hicimos un trabajo por varios meses puerta a puerta. Lo manifesté antes. Sabía que iba a ganar", dice el alcalde de la comuna de Conchalí, René de la Vega. El ya no es más el cantante pop de principios de siglo ni el ícono kitsch. Ahora, tras su retiro de los escenarios, ocupa el cargo municipal más importante en la comuna donde nació.
Para la nueva administración, las cosas no han sido fáciles. "Estos meses han sido para el tiempo de adaptación que se requiere, para conocer cómo se lleva una administración municipal", reconoce.
De la Vega salió electo en las elecciones municipales de octubre pasado con apenas 90 votos de diferencia sobre Marcela Rosales (PS). El estrecho resultado hizo que Rosales pidiera la revisión del resultado. Un mes más tarde, el Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel) ratificó el triunfo de De la Vega con un 28,6% de las preferencias. Su contraparte obtuvo un 28,2%.
Desde el equipo del alcalde señalan que en la municipalidad han empezado por adaptarse a una forma de trabajo a la que no estaban acostumbrados, debido a la falta de experiencia política. "Me dediqué hace mucho años a tener empresas y siempre he pensado que no hay mucha diferencia entre un privado y un público. La principal diferencia tiene que ver con el tiempo. Acá, cuando uno toma una decisión se escribe en decretos. En el mundo privado no se escribe. Uno quisiera que las cosas fueran más rápidas", reflexiona René de la Vega.
Los principales problemas que enfrenta la comuna de Conchalí tienen que ver, según el alcalde, con las inundaciones por las lluvias en invierno, las remodelaciones viales en avenida Independencia y la delincuencia. La falta de recursos económicos en el municipio para afrontar estas dificultades también es un tema. "La gente entiende que estamos partiendo, sabe que soy un alcalde totalmente nuevo y que para mí esto es una experiencia desde cero, que no la tengo y que tengo que adquirir conocimientos. Pese a eso, ellos están contentos con el cambio", remarca el edil.
La idea de llegar a la política comunal nació de su trabajo como arquitecto. Primero emprendió creando la Constructora e Inmobiliaria René de la Vega y luego la Fundación Social de Asistencia Técnica Chile Regulariza, la que tiene como objetivo, según su página web, "subsidiar y dar apoyo técnico, en materias de construcción, arquitectura, contabilidad y materia jurídica, a las personas más vulnerables económicamente de nuestra sociedad".
Esta experiencia vinculó al ex cantante con el mundo social. Y pronto su inquietud fue la de influir más allá de lo privado. "Cuando empiezo a ver la necesidad de mucha gente que se acercaba a los municipios y no tenía respuesta. Así nace la inquietud, ¿por qué ser un ente externo y no estar dentro del municipio para dar solución?", cuenta.
La promesa de campaña fue que la gestión se haría en conjunto a la ciudadanía.
Ahora, como alcalde, René de la Vega se dedica todos los jueves a recibir a los vecinos de Conchalí que piden audiencia en la municipalidad. Ellos le transmiten sus inquietudes y necesidades.
También le agradecen que sea una figura alejada del mundo político tradicional.
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El ringtone del celular del alcalde llama la atención de todos en su oficina. Cuando lo llaman suena la canción One, de Metallica. "Me gustan el rock y el pop. Soy bien variado en mis gustos. Guns N' Roses es una de mis bandas favoritas. Mi primer beso lo di a los 14 años con una canción de ellos", confiesa el edil.
La música sigue presente en su vida, pese a estar retirado de los escenarios hace 20 años.
Antes de los compromisos en el municipio, antes de crear una fundación y antes de su carrera como arquitecto, René de la Vega fue conocido en todo el país por ser el intérprete de Chica Rica. Grabó la canción ayudado por sus hermanas, quienes aparecen bailando en el video y haciendo los coros y las coreografías en sus presentaciones en vivo. La canción fue un suceso. Hoy tiene más de 735 mil visitas en YouTube, es decir, unas 86 veces la cantidad de votos que obtuvo para ser el nuevo alcalde de Conchalí, es una canción fija en las fiestas kitsch y en Spotify está incluida entre los temas más virales de Chile.
"No me complica ser conocido por eso, porque el canto es uno de los temas que más orgullo me dan en la vida. Gracias al canto yo estoy acá", dice el alcalde.
De la Vega inició su carrera musical por necesidades económicas. Tras salir del colegio con un buen puntaje en la Prueba de Aptitud Académica, no pudo matricularse en Kinesiología en la Universidad Mayor por falta de dinero. "Vengo de una familia de pocos recursos y no tenía plata para estudiar", recuerda. Entonces, el canto apareció como opción. Tomó clases para aprender a cantar en la academia de Luis Jara y empezó su carrera en el Paseo Ahumada imitando a Elvis Presley y Camilo Sesto, usando trajes a la medida confeccionados por su madre. Después lanzó un olvidado disco homónimo en 1999, que fue producido por el músico Luis Christian Araya (Los Indolatinos, Luis Dimas, Che Copete). El éxito y la fama llegaron luego de un par de años con Chica Rica y otras canciones como Chica Colegiala o Soy capaz.
Incluso, estuvo cerca de presentarse en el Festival de Viña y firmó un contrato discográfico con EMI.
La carrera musical de René de la Vega terminó por una depresión causada por la fama repentina y las críticas burlonas que la acompañaron. Era joven y no estaba preparado para toda la exposición mediática que vino por delante. Los psicólogos le recomendaron parar un rato.
Tras desaparecer mediáticamente intentó retomar su carrera artística con un disco titulado "Vuelvo a vivir", que pasó sin pena ni gloria durante el 2001. Luego de eso vino el paso por la arquitectura y por la política. "Soy un reflejo de la resiliencia. Así como me he caído me he levantado una y otra vez. He aprendido que nada es imposible", dice el alcalde.
Pese a llevar varios años retirado de la música, para la mayoría de la gente René de la Vega sigue siendo el cantante pop de finales de los 90. Eso favoreció su candidatura.
En los puerta a puerta, los vecinos querían saber por qué René de la Vega, el cantante, estaba en sus casas. A los candidatos de los partidos tradicionales, en cambio, no los recibían.
Hoy, a pesar de ser el edil de Conchalí, la gente le sigue pidiendo que cante. Sobre todo cuando va a inauguraciones o eventos en la comuna. Pero pese al clamor popular, el alcalde se niega por el momento a volver a los escenarios. "Llevo 10 años sin vocalizar, las cuerdas vocales son un músculo. Y si el músculo no se ejercita se va atrofiando. Si canto hoy día no me va a salir tan afinado o tan melódico como me salió en algún momento. La verdad es que no lo sé. Nunca se puede decir que no, pero habría que prepararse", dice.
La última vez que se le vio cantando en público fue el año pasado en el estelar Mentiras Verdaderas, un mes antes de las elecciones municipales. Ahí le aprovechó de cambiar el estribillo a Chica Rica para hacer un llamado a votar por su candidatura.
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"Debo reconocer que soy súper ingenuo en la materia política partidista. Vengo de una familia trabajadora, nunca se habló de eso en mi casa. Nací en 1977, una fecha complicada para este país, y mis papás lo que hicieron fue meternos en una burbuja para protegernos y no viciarnos con información", cuenta René de la Vega.
El vivió hasta los 18 años en una población entre las calles Lo Olivo de Conchalí y General Gambino. El lugar está estigmatizado hasta hoy por los problemas de drogas y delincuencia. Según sus palabras, esa realidad lo marcó y lo motivó para lanzar su candidatura a alcalde
Su triunfo en Conchalí fue uno de los resultados más llamativos de las municipales del año pasado junto a las elecciones de Jorge Sharp en Valparaíso, Felipe Alessandri en Santiago y Cathy Barriga en Maipú. Sin embargó, René de la Vega toma distancia de ellos: "Creo que no hay similitudes entre nosotros. De alguna manera, todos tienen un apoyo dentro de un partido. Yo soy netamente independiente".
La estrategia de la candidatura fue reforzar la idea de un candidato independiente y sin conexiones con el mundo político. Empezó por juntar firmas en las calles céntricas de Conchalí y luego, una vez inscrita la candidatura en el Servel, con visitas a las distintas poblaciones de la comuna. La campaña fue financiada con dinero de las empresas inmobiliarias de De la Vega y acompañado en todo momento por su familia. Cuando se decidió por oficializar la idea de ser candidato, ellos no se sorprendieron. Era una idea que a René le venía rondando por la cabeza hace muchos años y que conocían. No fueron más de ocho personas trabajando por la campaña. "Mi padre me ayudó con las palomas y a los puerta a puerta iba con mi hermana o con mi señora. De esa manera, la gente entendió que no era un político más. Fue todo bien artesanal", reconoce el alcalde. Para el día de la elección, De la Vega solo contaba con dos apoderados para supervisar las distintas mesas de votación. Pese a la impugnación de los resultados, el Tricel le otorgó el triunfo.
Ya en la municipalidad, René de la Vega ha encontrado las primeras críticas. Estas provienen, sobre todo, de los concejales de Conchalí, quienes trabajan todos los días junto al alcalde. Ellos apuntan a la falta de un programa visible en la nueva administración. Dicen que se notan las buenas intenciones, que parece un tipo serio, pero remarcan la falta de un proyecto. "No hay propuestas en lo absoluto, ni una mirada de corto, de mediano ni de largo plazo. Se lo hemos planteado cinco veces. Cuando no hay un marco que te acompañe puede pasar que estemos administrando una institución. Propone medidas aisladas, no sabemos de qué hablamos", dice el concejal Alejandro Vargas (DC). Otros apuntan a su carácter de independiente. Piensan que el ex cantante no es una figura totalmente fuera de la política y que debe tener nexos con algún partido de derecha. Que debe haber un ideólogo detrás de la campaña.
También señalan que el alcalde debe acostumbrarse a tomar decisiones que son políticas, aunque sea un independiente, por la naturaleza del cargo.
Pese a los reparos, por el momento los concejales miran la nueva administración con cierta condescendencia. Ellos han entendido que el alcalde está en un período de adaptación y que tres meses es poco tiempo para hacer un balance.
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Con cuatro años por delante, De la Vega espera obtener buenos resultados de su nueva aventura. Dice que no está pensando en lo inmediato, que lo suyo es un proyecto comunal de aquí a varios años más. Entre sus planes está la construcción de un estadio de fútbol en Conchalí, además de incentivar las actividades culturales. Si es que los resultados son positivos, no descarta ir a la reelección. Tampoco descarta ir por un puesto en el Parlamento: "Siempre uno se pone metas altas, pero debo reconocer que en lo que estoy incursionando es nuevo para mí. Denme tiempo. Evaluemos en un par de años más y veamos si nuestro trabajo da para seguir avanzando en el mundo político".
Por ahora, René de la Vega solo espera que tras su mandato la comuna vuelva a quedar ordenada.