Bulnes, Portezuelo, San Nicolás, Quillón, Cobquecura y Chillán Viejo, son algunas de las comunas de la provincia de Ñuble, en la Región del Biobío que no tendrán fiesta de Año Nuevo. Sus ajustados presupuestos le impiden derrochar en fuegos artificiales o eventos masivos.
El alcalde de Bulnes, Rodrigo de la Puente, dio prioridad a la Navidad y a repartir 3.500 juguetes para los niños. Además se habilitó un árbol de Pascua gigante y pesebres vivos. Pero se llegó a fin de año con una caja de recursos reducida. La comuna cuenta con un presupuesto de $2 mil millones, con los que se atienden a 20.502 habitantes.
En tanto, Modesto Sepúlveda, edil de Portezuelo, asegura que "no hay recursos y somos consecuentes con nuestra realidad. No tenemos millones para gastar en festejos. La realidad es dura y cruel y nuestro presupuesto es ajustado. Terminamos el año equilibrados y sin deudas, eso que tuvimos que traspasar 300 millones a Salud y Educación". Su presupuesto comunal alcanza a los $876 millones para 5.470 habitantes.
En San Nicolás, el alcalde Víctor Toro, asegura que los pocos dineros con que cuenta la municipalidad los va a destinar a combatir la sequía que está afectando a la comuna. "Necesitamos recursos para el funcionamiento de proyectos para profundizar pozos".
Quillón y Cobquecura, a pesar de ser comuna turística, no celebran Año Nuevo. El alcalde de Quillón, Jaime Catalán, señala que la falta de presupuesto no es el motivo principal, sino que centran su energía en el verano y en septiembre para el Bicentenario. La comuna de Chillán Viejo tampoco contempla festejos de año nuevo, según consignó Diario La Discusión.