Luego de que el Parlamento catalán aprobara ayer, por 70 votos a favor y 10 en contra, la declaración unilateral de independencia, la comunidad internacional no tardó en reaccionar. Uno de los primeros fue la Unión Europea, a través de las declaraciones del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. "Para la Unión Europea nada cambia. España sigue siendo nuestro único interlocutor", dijo el político en su cuenta de Twitter.
Mientras que su homólogo de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, advirtió sobre los riesgos de "más fracturas" en el bloque de los Veintiocho. "No debemos interferir en ese debate hispano-español, pero no quisiera que mañana la Unión Europea tenga 95 estados miembros", declaró Juncker ante la prensa durante una visita a la Guayana Francesa.
En la misma línea, Alemania también manifestó su apoyo al gobierno de Madrid. El portavoz de la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que "el gobierno alemán no reconoce la declaración de independencia". El portavoz Steffen Seibert indicó que el gobierno alemán observa "con preocupación" el agravamiento de la situación en Cataluña y añadió que "la integridad territorial y la soberanía de España son y siguen siendo inviolables. Una declaración unilateral de independencia viola esos principios".
Francia no se quedó atrás y el Presidente Emmanuel Macron declaró que el "único interlocutor" de su país con España es el Presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y subrayó que la situación en la región de Cataluña es un "asunto interno" español. Por su parte, el ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, ahondó en la misma posición destacando que "Francia quiere que España esté fuerte y unida" y "no reconoce la declaración de independencia que el Parlamento catalán acaba de aprobar".
Estados Unidos tampoco quedó indiferente y en un comunicado la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, señaló: "Cataluña es una parte integral de España y EE.UU. apoya las medidas constitucionales del gobierno español de mantener a España fuerte y unida".
Incluso países como Ucrania, Letonia, Estonia y Lituania, que obtuvieron su independencia en los 90 y que a menudo son usados como referencia por los líderes catalanes, brindaron su apoyo al gobierno de España. Lo mismo ocurrió con Polonia, Bélgica, Chipre, Bulgaria, Serbia, los que pidieron la búsqueda de una solución en el marco de la Constitución y la legalidad españolas.