El 20 de agosto de 1910, los hermanos César y Félix Copetta se disponían a hacer historia. Pero ambos estaban demasiado ocupados para saberlo.
Ese sábado había sido un día de trabajo arduo. Con incansable ímpetu, estos amantes de la mecánica habían dedicado todo el día a armar y ensamblar, casi como un rompecabezas, el avión biplano monomotor Voisin, que recién habían traído desde Francia por encargo de los primos aristócratas Miguel Covarrubias y David Etcheverría.
La idea de ambos hombres de alcurnia era darle una sorpresa al país en su centenario, con una muestra del avión de última generación que por esos días revolucionaba los aires de Europa. Pero en el Chile de entonces sus proezas se asomaban como una historia lejana de otro mundo.
Eran las 18 horas y ya atardecía sobre la chacra Valparaíso, donde actualmente está ubicada la plaza de Villa Frei, en Ñuñoa. Quedaba poca luz y los hermanos César y Félix Copetta se disponían a descansar. Sin embargo, frente a ellos el Voisin armado y listo para ser pilotado era una tentación difícil de resistir.
Se dispusieron a probarlo y echaron a andar el bullicioso motor, mientras dos anonadados inquilinos del lugar miraban impactados lo que a sus ojos se veía como un insecto gigante. Tras muchas pruebas, el monoplano no despegaba.
Fiel a su carácter "impulsivo y hosco" -como lo describen sus descendientes-, César Copetta bajó de la cabina de piloto y echó a andar la hélice mientras su hermano Félix se sentó en los controles. Repentinamente, el Voisin cobró vida y comenzó a avanzar sin control. "Va-si!" (¡dale!), exclamó en francés César Copetta mientras el avión comenzó a elevarse por los aires.
"Fue un vuelo corto de 10 metros por uno de altura, pero en rigor constituyó el primero que se realizaba en aires chilenos", relata Ricardo Copetta, bisnieto de Félix, que hoy se desempeña como piloto comercial.
La hazaña la repetirían al día siguiente, con la presencia de un periodista y un reportero gráfico, quienes la registraron para la historia.
A 100 años de la proeza, el gobierno alista una serie de celebraciones para conmemorar a los padres de la aviación chilena. Simultáneamente, la familia Copetta prepara sus propios festejos. Según cuenta Claudine Copetta, bisnieta de Félix, la familia descendiente se reunirá en una "copettada" para recordar a sus pioneros bisabuelos.
"La historia formó parte de largas conversaciones de sobremesa que escuché en la casa de mi abuelo los domingos. De alguna manera fui grabándolas en la cabeza, me iba interesando la aviación y hoy soy piloto. Mi hijo mayor también sigue la misma pasión", cuenta Ricardo Copetta (46), quien, además, por estos días está afanado en fabricar una réplica a escala del Voisin, que hará un vuelo conmemorativo a fin de año.
FESTEJOS DE DIRECCION DE AERONAUTICA
La conmemoración del primer vuelo realizado por los hermanos César y Félix Copetta servirá también para dar marco a la celebración de los 80 años de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). Para ello, junto con el municipio de Ñuñoa, prepara tres días de actividades, que se realizarán entre el 21 y el 23 de agosto, en Irarrázaval con Ramón Cruz. En ese lugar -hoy señalado por un monolito- estaba la chacra Valparaíso (fundo de Ramón Cruz Montt), que sirvió de escenario para el primer vuelo.
Además de un desfile cívico militar, habrá muestras de aviones, una presentación aérea, recreaciones teatrales, presentaciones folclóricas y películas alusivas para niños.
Los organizadores esperan contar con la presencia del Presidente Sebastián Piñera y alguno de sus ministros en el acto, que servirá también para conmemorar el Bicentenario nacional.