Con una masiva eucaristía y con más de 30 mil asistentes en la explanada del Santuario, se celebró ayer la fiesta religiosa de la Virgen del Carmen de La Tirana. Conocida como una de las celebraciones más populares del país, este año recibió, según cifras de Carabineros, a 100 mil fieles, cifra que contrastó con las más de 200 mil personas que, en promedio, llegan cada 16 de julio hasta La Tirana, poblado ubicado a 72 kilómetros al interior de Iquique.

Según concordaron ayer autoridades políticas y religiosas, la baja asistencia se debió al brote de influenza AH1N1 registrado en la región, la cual, en los días previos a la festividad, causó una docena de muertos y más de 400 afectados.

Esta baja convocatoria no se producía desde 2009, cuando se suspendió el evento, producto de la posible propagación masiva de influenza humana. Pese a esto, llegaron entonces cerca de siete mil personas al lugar.

La intendenta regional Luz Ebensperger ratificó ayer que concurrió un 50% de los asistentes usuales: "Entre la víspera y la misa de campaña que se concretó, creemos que llegaron entre 100 a 130 mil personas, lo que representa una cantidad inferior a la que viene cada año al poblado. Eso fue el peak, pues a partir de ahora, muchos comienzan a retornar a sus puntos de origen".

El principal oficio religioso fue encabezado por el arzobispo de Antofagasta y administrador apostólico de Iquique, Pablo Lizama. Al acto asistieron autoridades regionales y miembros de las 202 cofradías de danzas religiosas que bailan a la Virgen del Carmen, junto a fieles provenientes de todo el norte del país y de Perú y Bolivia. "Hubo tanto que arreglar y tantos problemas que solucionar. Sin embargo, llegamos aquí juntos como hermanos, ancianos, niños y mujeres embarazadas para celebrar a nuestra señora", dijo Lizama en la homilía.

En vista del brote de influenza, la misa no tuvo el saludo de la paz y, además, las hostias fueron entregadas por los sacerdotes sólo en las manos de los asistentes. En el acto litúrgico, se desarrolló la ceremonia de descenso de la imagen de la Virgen desde el altar del templo hasta la explanada del santuario.

Al término del acto, Lizama se mostró satisfecho con el desarrollo de la fiesta y la concurrencia de fieles. "Ha habido una excelente respuesta de la gente, hemos podido cuidar de ellos. Es decir, de su cuerpo y su alma. Estoy muy contento, aunque hubo una campaña feroz para que no viniera la gente al poblado", recalcó Lizama, quien agregó que "se metió mucha gente a hablar y dar opiniones, pero es una alegría grande para nosotros que, con todas las restricciones y las barreras sanitarias que se impusieron, haya llegado esta cantidad de devotos".

Mientras, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, señaló que "hemos dado una vuelta a esta tendencia tan brusca que había del aumento de casos de influenza, creemos que están en franca remisión".

En tanto, la intendenta informó que durante las festividades murieron dos personas, en accidentes de tránsito.