Roberto Araki es uno de los hallazgos más fulgurantes que ha entregado el surf chileno en el último tiempo. Con sólo 16 años, es la mayor promesa de este deporte y se alista para dar un salto de calidad, nada menos que de la mano del campeón mundial, el brasileño Gabriel Medina, cuya madre, además, es chilena.
Hace algunas semanas, Rip Curl, el principal auspiciador del adolescente, lo invitó a Brasil, junto a otros 15 jóvenes de proyección mundial. El evento se desarrolló en Maresias, la tierra del monarca planetario, quien compartió y les entregó consejos a las nacientes figuras, entre ellas, Roberto.
El joven viajó en compañía de sus padres y de un tío, quienes aprovecharon la instancia para estrechar lazos con Medina y su entorno. "Lo conocimos a él y su familia e hicimos un nexo con sus padres. Ahí le preguntamos al papá de Gabriel cómo habían conseguido que fuera campeón del mundo. Y nos sorprendimos, cuando nos respondió que él mismo lo entrenaba. Además, nos entregó varios detalles sobre ese trabajo", comenta Roberto Araki, padre de la promesa nacional.
Impresionado por la metodología, los Araki decidieron adoptarla. "Venimos trabajando con esta nueva forma hace unas semanas. La idea, eso sí, es buscar a un entrenador de renombre que pueda ayudar de la mejor manera a Roberto", comenta su progenitor.
De todos modos, no estarán solos, porque el mismísimo Medina irá a supervisarlo a Isla de Pascua, donde reside el novel rider nacional. "Gabriel va a competir en agosto en Tahiti y la idea es que pase después a la isla, ya que estamos al lado. Vendría con su padre", agrega.
Gabriel Medina es uno los máximos exponentes de la historia del surf brasileño, con una innumerable cantidad de triunfos. A muy temprana edad comenzó a participar de competencias profesionales, demostrando rápidamente sus condiciones en el circuito internacional, donde hoy es su principal animador.
Inversión millonaria
La promisoria carrera de Araki se ha sostenido gracias a los aportes de su familia, de la isla y el de su principal auspiciador, Rip Curl. Anualmente, la inversión se empina sobre los $ 40 millones anuales, dinero que sirve para cubrir sus numerosos viajes a diversas competencias. "No es fácil viajar desde la Isla, porque las conexiones son mucho más complicadas y él, además, tiene que desplazarse varias veces en el año, lo que tampoco es muy barato", señala su padre.
Un equipo multidisciplinario está detrás del surfista, quien también está avanzando en otros aspectos. Por ejemplo, está tomando un curso intensivo de inglés para poder desenvolverse de forma más cómoda en las competencias. Asimismo, dejó el colegio para realizar exámenes libres, pues sus entrenamientos y la educación tradicional se hicieron incompatibles. "Lamentablemente, el año pasado intentó hacer las dos cosas, pero ningunas de las dos la pudo hacer bien, por lo que decidimos que hiciera exámenes libres. Es la única manera de que las cosas resultaran", precisa su padre.
Entre los próximos desafíos de Araki, se encuentra el Mundial junior, en octubre. Para esa fecha su progenitor espera que tenga plenamente asimilado la metodología que llevó al éxito al campeón del mundo. "A diferencia de su primera participación, Roberto va a llegar muy bien y con mucha confianza. Antes no conocía a nadie, pero ahora conoce a todos sus rivales. Eso y este nuevo sistema lo van a ayudar mucho para mejorar", sostiene.