La Corporación Nacional Forestal (Conaf) estima que anualmente se producen unos 6 mil incendios forestales en el país, cuyo origen es casi exclusivamente antrópico, es decir, provocado por las personas y las actividades que éstas realizan en su entorno.
En terreno la respuesta para enfrentarlos es con brigadistas y aeronaves, pero además la Conaf cuenta con un área de Inteligencia, en la que existe un Sistema de análisis y prognosis (Sapif). A través de este se estudian las zonas de potencial riesgo de incendio para cada temporada de ocurrencia y se simula el comportamiento de los siniestros una vez que se inician.
A partir de este año la Conaf sumará un segundo actor al área de Inteligencia con la creación de las unidades de análisis y diagnóstico (UAD). El objetivo es conocer por qué, quién y cómo se producen los incendios y de esta forma generar medidas para enfrentar esos factores y disminuir así la ocurrencia de desastres.
El organismo contempla la puesta en marcha de seis unidades en el país, durante 2017. Hoy se encuentran en implementación las que se ubicarán en las regiones de Valparaíso, Metropolitana, O´Higgins, Maule, Biobío y Araucanía. El próximo año se considera la puesta en marcha de otras siete unidades. En el diagnóstico de las causas de los siniestros, trabajarán profesionales del área social y forestal.
Aarón Cavieres, director de la Conaf, explica que el Sapif ha sido clave en ayudar a dirigir la acción de combate, sin embargo, plantea que es "insuficiente" tener solo esta estrategia sin abordar de manera análoga los factores sociales que están asociados a los incendios.
"Esta (nueva) unidad de análisis nos permite ser muy precisos en cómo entender qué ocurre a nivel social y cuáles son los factores que detonan la generación de incendios forestales y por esa vía bajar tanto la ocurrencia como mejorar la prevención de la ocurrencia, y mejorar el ataque posteriormente", dice Cavieres.
Prevención
La nueva temporada de ocurrencia de incendios forestales se inició el pasado 1 de julio y se extenderá hasta el 30 de junio de 2018, explican desde la Conaf. Sin embargo, los meses de mayor incidencia van desde octubre a abril porque es en ese período donde se ha concentrado históricamente el mayor número de eventos, según los datos disponibles desde 1995 a 2016.
Además de los factores atmosféricos, desde el organismo señalan que también contribuyen al aumento de los siniestros los cambios en el uso de suelo, el crecimiento demográfico, el aumento de las actividades al aire libre, el desarrollo forestal y la mayor densidad vial.
Este año la preocupación por los incendios forestales es mayor, luego de la denominada "tormenta de fuego" que se vivió la temporada pasada. Según el reporte "Análisis de afectación y severidad de los incendios forestales" de la Conaf, solo entre el 1 de enero y 10 de febrero de este año se quemaron 518.174 hectáreas en el país.
La estrategia y recursos para combate en los próximos meses se dará a conocer pronto. Por el momento sigue en desarrollo la implementación del plan preventivo que busca reducir la ocurrencia, el daño y la sensibilización y educación de la población. Los recursos asignados para esta tarea este año alcanzan los 2 mil 480 millones de pesos, de los cuales un 70% se destinan a la educación preventiva.
"Un peso puesto en prevención puede llegar a significar un ahorro de hasta 100 pesos en combate. Es un tremendo salto en eficiencia y, por lo tanto, deberíamos avanzar para allá", señala Cavieres.
Sin embargo, Cavieres admite que aún no están las condiciones para que el país destine más recursos en prevención. A su juicio primero se debe generar más información y luego ver en qué medida, con ese nuevo conocimiento científico, se puede bajar la ocurrencia de incendios.
"Ahí estaremos en condiciones de bajar los recursos de combate porque tendremos menos incendios, pero no podemos dar un salto y ocupar toda la plata de combate en prevención", afirma.