Pueden volar en un solo día desde Argentina hasta Chile, resistir la altura, el frío y vivir en pleno desierto. Son algunas de las características de los flamencos, aves en estado de conservación vulnerable que, a pesar de las amenazas que poseen, su población muestra un aumento desde 2012.
Según el último censo de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) -realizado entre enero y la primera quincena de este mes- arrojó que habitan 50 mil de estas aves entre las regiones de Arica y Parinacota y de Atacama. El análisis se realizó a tres tipos de especies: flamencos de James, Andino y Chileno.
Moisés Grimberg, encargado de Flora y Fauna del Departamento de Conservación de la Diversidad Biológica de la Conaf, explica que el conteo se realiza en 52 humedales del norte del país que son el hábitat de esta especie. En esos sitios, guardaparques de la institución, voluntarios y funcionarios de empresas fueron parte del censo, el que se hace en terreno y con observación directa de los pájaros. Así, se traza una transecta o línea que sigue el observador, donde se contabilizan los animales ubicados a lo largo de esa ruta.
Las cifras indican que en 2012 había 44.577 ejemplares, los que al año siguiente llegaron a 49.088. "No es importante si la cantidad aumentó o disminuyó. Lo relevante es tener tendencias poblacionales", dice Grimberg.
Según la Conaf, los flamencos se desplazan entre Argentina, Bolivia, Chile y Perú. Hay tres especies presentes en esas naciones: las de tipo andina, que alcanzan los 36 mil aves. A estas se suman los flamencos "James", que llegan a 300 mil, y los chilenos, que ascienden a 400 mil.
Nelson Amador, encargado de Biodiversidad de la Conaf de Antofagasta afirma que estas aves se han convertido en un atractivo para el turismo, pero advierte que, precisamente, quienes llegan a verlos revisten un riesgo para los flamencos: "Una amenaza es el turismo no controlado. Esto lleva a que las aves dejen sus lugares y dejen los nidos con polluelos. Resulta invasivo". La extracción de huevos también atenta contra la sobrevivencia de estas especies.
Francisco Squeo, investigador del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Aridas y de la Universidad de La Serena, plantea que la falta de agua es otro riesgo para la existencia de estas especies, debido a que habitan en zonas que requieren de este recurso para alimentarse. "Es una de las pocas aves que tiene censos y su estado nos muestra cómo está el medioambiente", dice.