Tras el terremoto que afectó a la zona centro sur del país el pasado 27 de febrero, en la ciudad de Concepción se dieron cuenta de algo: los cables que se encuentran sin uso en el tendido eléctrico y muchos de los cuales en esa oportunidad se cayeron generando situaciones de inseguridad, debían ser removidos sí o sí a la brevedad.
Por eso en el municipio local se pusieron a trabajar con la Compañía General de Electricidad -dueña de los postes donde están alojados-, y con 10 empresas operadoras de cable y telefonía, llegando tras varios meses a un acuerdo que consiste en que durante los próximos 3 meses, se retirarán cerca de 1 millón de metros de cable en desuso.
"La idea es retirar todos los cables que no sólo contaminan visualmente, sino que también generan inseguridad a las personas", apuntó el alcalde Patricio Kuhn, quien aclaró que el costo de aquello -no se precisaron montos-, correrá por cuenta de cada empresa.
Los trabajos se iniciaron ayer y se prolongarán hasta fines de febrero, aunque estarán paralizados durante las fiestas para no generar inconvenientes a las personas o el tránsito. La intervención será en el cuadrante comprendido entre las calles Maipú, Ongolmo, Víctor Lamas y Prat, el sector más céntrico de la capital de la Región del Biobío.
El Gobernador de Concepción, Carlos González, destacó que esta iniciativa "con más de 200 cuadras y 150 kilómetros de cable a intervenir, son un paso para mejorar las condiciones medioambientales de la ciudad y el inicio soterramiento del cableado para que Concepción se transforme en una ciudad moderna".
Lo anterior tiene relación con que esta es la primera fase de un plan que pretende que en el sector más céntrico de la urbe penquista se realicen intervenciones en las veredas para tener todos los cables soterrados, aunque "hay que hacerlo de forma progresiva porque es un tema oneroso", agregó Kuhn.
El proceso que se vivirá en Concepción durante los próximos tres meses con el retiro de los cables servirá como experiencia para que durante el próximo año se pueda repetir en lugares como Talcahuano o Coronel, donde existe el mismo problema.