Durante la mañana del pasado 2 de octubre la niebla que cubrió al Aeropuerto Arturo Merino Benítez (AMB), en Santiago, obligó a desviar a unos 15 vuelos, nacionales e internacionales, a las ciudades de Antofagasta, Concepción y Mendoza. Fue también otra prueba para los edificios que albergan a los pasajeros que, durante gran parte de esa jornada, colapsaron con la espera de casi seis horas antes de volver a la normalidad.
Para la Asociación de Concesionarios de Obras de Infraestructura Pública (Copsa), ese episodio evidencia un problema mayor: falta de infraestructura y actividad aeroportuaria en regiones.
Un estudio realizado por el gremio arrojó que la tasa de crecimiento de pasajeros para vuelos nacionales entre 1998 y 2014 -es decir, desde el inicio del sistema de concesión de aeropuertos- es de un 10,4%, mientras que la internacional es de un 5,7%. Pese a esto, detalla el documento, la infraestructura en la materia "no avanza" al mismo ritmo.
Así lo explica el presidente de Copsa, Juan Eduardo Saldivia: "Creemos que se hace necesario revisar la cantidad de proyectos a largo plazo, porque podríamos no estar dando cuenta del crecimiento de la demanda".
Un ejemplo de esto es el aeropuerto Cerro Moreno, en Antofagasta, que fue relicitado en 2011 y que comenzó su puesta en servicio provisoria en octubre pasado. En una visita a esa terminal en noviembre de 2014, el ministro de OO.PP., Alberto Undurraga, dijo que con la ampliación el aeropuerto tendría una capacidad para 1 millón 900 mil pasajeros al año. Sin embargo, según cifras de la Junta de Aeronáutica Civil (JAC), entre enero y noviembre de 2014, este terminal vio pasar a 1.903.031 viajeros nacionales, entre llegadas y salidas a diferentes conexiones del país.
El senador por Antofagasta, Pedro Araya (PRI), apuntó a "una muy mala planificación del MOP en torno a establecer la real capacidad y demanda del aeropuerto. Todavía no es oficialmente entregado y ya está colapsado".
RED DE 16 AEROPUERTOS
Según el estudio de Copsa, Chile cuenta con 345 aeroparques (aeropuertos y aeródromos), que son de propiedad fiscal, militar o privados. De ese total, 16 corresponden a la red primaria, es decir, las terminales de cabecera de una región. Solo siete de estos últimos son aeropuertos internacionales (ver infrografía).
El documento detalla, además, que la cartera de proyectos 2014-2018 del Ministerio de Obras Públicas, contempla una inversión por US$ 11.090 millones. De ese total, US$ 803 millones son para aeropuertos, repartidos en cinco terminales. A la nueva concesión del AMB, se suman las relicitaciones este año de Carriel Sur (Talcahuano) y Diego Aracena (Iquique); en 2016 se hará lo mismo en El Tepual (Puerto Montt) y en 2017 será el turno del aeródromo de Balmaceda.
No obstante, el 80% de la inversión se concentrá en la terminal de Santiago.
Para el gremio no es un escenario óptimo y, según Saldivia, esto podría resolverse "con nuevos aeropuertos en localidades distintas, como el de Temuco, o que los contratos contemplen sistemas que permitan ir aumentando la infraestructura, en la medida que la demanda vaya superando las proyecciones".
Por su parte, el ministro Alberto Undurraga, asume que "el problema ha sido que a veces la proyección se quedaba corta respecto de las cifras reales. Entonces, lo que hemos incorporado en las nuevas relicitaciones es un 'gatillador de inversiones'. Si la demanda va más rápido que lo proyectado, se gatillan inmediatamente nuevas inversiones".
Saldivia apuntó también a adecuar el modelo de negocio del aeropuerto según la zona en que esté ubicado. "Casos como el de Puerto Montt, tienen una variabilidad en su utilización, dependiendo de cómo se esté desarrollando la industria de la salmonicultura. En Copiapó y Antofagasta están relacionados al movimiento de la minería. Es ideal que los modelos de negocios se hagan cargo de esas diferencias, pero siempre teniendo presente que los aeropuertos regionales no se autofinancian y dependen del AMB", dijo el presidente de Copsa.
Carlos Cruz, ex ministro de OO.PP. y gerente general del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), dijo que "la infraestructura aeroportuaria en Chile ha respondido muy bien al crecimiento de la demanda, aunque siempre un poco atrasada. Hay localidades que podrían incursionar en aeropuertos de mayor envergadura que los actuales, en la perspectiva de incentivar el turismo local y las actividades económicas más propias, como son Valdivia, Balmaceda y Puerto Natales".
Agregó que "debe haber una mirada de desarrollo nacional, para lo cual los organismos encargados de la actividad deben planificar adecuadamente las inversiones en función de los planes de desarrollo nacional y de sus probabilidades de éxito".