El pésimo sonido y las apagadas pantallas gigantes dejaron sensación de fraude al concierto que Marc Anthony ofreció en la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra, publicó hoy el diario "El Deber".
"La mayor dificultad se dio con el audio. Hasta los que pagaron para estar cerca del escenario sufrieron por el sonido. Tampoco las dos pantallas gigantes ayudaron a calmar la ansiedad, pues no funcionaron en el concierto del jueves pasado", se indicó.
El artista pidió su suite, seis botellas de un vino exclusivo californiano, unos 350 guardias privados y no convocar a ninguna conferencia de prensa para el recital en Santa Cruz.
Para el único concierto en Bolivia el precio de los boletos osciló entre los ocho y 280 dólares.