Fue en agosto de 1791 cuando un misterioso sujeto llegó hasta la casa de Wolfgang Amadeus Mozart. Quería contratarlo para componer una Misa de Réquiem, encargo que el genio de Salzburgo no dudó en aceptar. Sin embargo, el inusual visitante, que no reveló su identidad, terminó por desconcertar al músico, cuya inclinación por lo sobrenatural lo hizo creer que se trataba de una aparición del más allá. Presintiendo su propia muerte, se sentó a componer con la extraña convicción de que aquella sería su última obra. Trabajando deprisa, esperando el peor de los desenlaces, entregó la partitura y algunas anotaciones a su discípulo Franz Xaver Süssmayr, quien finalmente la terminaría. Mozart murió, con apenas 35 años, el 5 de diciembre de ese mismo año.
Tras su muerte, se supo que el misterioso hombre era un emisario del conde Franz von Walsegg, que había enviudado.
Actualmente considerada una de las piezas fundamentales del repertorio sacro, su ejecución se ha convertido prácticamente en una tradición de Semana Santa. "Independiente de la fecha, es una obra importante por sí misma, la cual es un tremendo desafío para cualquier orquesta, puesto que es una de las piezas más complejas y hermosas de la historia. Yo la tocaría una vez al mes. Es pura savia. Es música perfecta, que por ser sacra, encaja muy bien en Semana Santa", dice José Luis Domínguez, quien estará presentando la partitura hoy, a las 19 horas, en el Teatro Municipal, al frente de la Orquesta Filarmónica de Santiago. Acompañará el Coro del Teatro Municipal y destacados solistas como la soprano Patricia Cifuentes, la mezzosoprano Evelyn Ramírez, el tenor Gonzalo Tomckowiack y el bajo Christian Peregrino.
En Frutillar, el Teatro del Lago presentará la obra en los próximos días, comenzando mañana, a las 19 horas, con un concierto didáctico, donde el director Roland Bader, al frente de la Orquesta Internacional del Teatro del Lago, explicará la partitura y profundizará en el trabajo de Mozart. El sábado 4, a la misma hora, se interpretará nuevamente la pieza, como también la Sinfonía N°8 de Franz Schubert y repertorio a capella de Félix Mendelssohn. En tanto, el 6 de abril, en el Centro de Extensión de la Universidad Católica, se llevará a cabo la tercera y última presentación, con entrada gratuita.
Otro imperdible será el concierto que brindará hoy la Orquesta y el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile, en el cual ejecutarán la Gran Misa en Do menor Kv 417a, cuya partitura, junto con el Réquiem, son las obras sacras más importantes del repertorio de Mozart. "Es una creación muy espiritual, que lamentablemente está incompleta pues se han perdido partes de su partitura original. Lo que se ha hecho es reconstruir ciertos pasajes. Aún así sigue siendo la composición más extensa que Mozart creó para la iglesia, todavía más larga que el Réquiem. Creo que es una de sus obras más profundas y al mismo tiempo más difíciles de interpretar", dice el maestro ruso Leonid Grin, quien es el titular de la Orquesta Sinfónica de Chile.
Compuesta en Viena en 1782, periodo en el cual Mozart estuvo especialmente atento a la obra de Bach y Handel, fue su primera partitura religiosa creada por voluntad propia y no por encargo, la cual realizó en señal de agradecimiento por su matrimonio con Constanze Weber. Los músicos del maestro Leonid Grin también interpretarán en ese concierto la Sinfonía N°25 en Sol menor, creada por el austríaco a los 17 años y bajo la influencia de Haydn.
En mapudungun
A este programa de conciertos que habrá durante el fin de semana también se suman presentaciones en la Iglesia San Ignacio, en la Casa de la Cultura de Ñuñoa, en el Aula Magna de la Universidad Federico Santa María en Viña del Mar y en la Iglesia de los Jesuitas en Calera de Tango.
La primera de ellas se realizará hoy, a las 19 horas, y estará a cargo del Coro de Cámara de la Universidad Alberto Hurtado, además de algunos solistas, quienes interpretarán el Salve Regina y Cuatro Motetes de Poulenc, para finalizar con el Stabat Mater de Scarlatti. También hoy, en la Casa de la Cultura de Ñuñoa, a las 19.30, se presentará el conjunto de música antigua Les Carillons, con un repertorio centrado en las Leçons de ténèbres del compositor barroco francés François Couperin. En tanto, el sábado 4, a las 19.30 horas, el ensamble nacional Il Telescopio di Galileo abordará La pasión según San Juan de Johann Sebastian Bach en el Aula Magna de la Universidad Federico Santa María de Viña del Mar, actividad que dará por inaugurada la temporada artística de esa casa de estudios. Ese mismo día, a las 18.30 horas, en Calera de Tango, el destacado Coro de Niños Huilliche exhibirá todo su talento, entonando clásicos del repertorio coral en lengua mapudungun. La agrupación, nacida en 1993, está integrada por alumnos de la Escuela Rural Molulco, de Quellón, y muy pocas se presenta fuera de Chiloé.
La oferta de conciertos se extiende más allá del fin de semana: en el Templo del Campus Oriente UC, se está realizando el Ciclo de Música Sacra, donde el martes 7 y el miércoles 8 de abril se presentará el programa Lamentaciones del Nuevo Mundo, a cargo del Coro y Ensamble Música Mundana, cuyo repertorio incluirá piezas anónimas encontradas en la Catedral de Puebla y el Convento del Carmen de Ciudad de México.