El juicio contra el ex dirigente chino Bo Xilai en el Tribunal Intermedio de Jinan, donde se le acusa de cargos de aceptación de sobornos, malversación de fondos y abuso de poder, quedó suspendido hasta este lunes.
En la sesión de hoy, en la que se examinó el testimonio prestado el sábado por el antiguo "número dos" de Bo, Wang Lijun, el ex secretario general del Partido Comunista en Chongqing rebatió las acusaciones de su antiguo subordinado, al que acusó de mentir.
Bo rechazó que, como asegura Wang, en la disputa que ambos sostuvieron el 29 de enero de 2012 -en la que el ex jefe de Policía le reveló a su superior que la esposa de éste, Gu Kailai, había asesinado dos meses antes al empresario británico Neil Heywood- le propinara un puñetazo en la oreja, pues "no tengo nociones de boxeo". Bo sí reconoce que le abofeteó.
Wang, al buscar refugio en febrero de 2012 en un consulado estadounidense, destapó las circunstancias sospechosas de la muerte de Heywood en noviembre de 2011 y provocó la caída en desgracia de Bo, en el mayor escándalo político en décadas en China.
El ex jefe de Policía cumple desde septiembre del año pasado 15 años de prisión por deserción, manipulación de la ley, abuso de poder y corrupción, todos ellos cargos relacionados con el escándalo.
Según el diario "South China Morning Post", que cita a tres fuentes que no identifica, Wang sufrió una apoplejía en algún momento no determinado antes de su comparecencia y se presentó en la sala de audiencias en silla de ruedas.
Wang Lijun se describió como "amigo" y "víctima" del antiguo dirigente chino, y afirmó que decidió fugarse al consulado estadounidense porque su situación "era peligrosa... Yo había sufrido violencia y todos mis colegas e investigadores implicados en aquel caso habían desaparecido".
El juicio contra Bo, que pone fin al mayor escándalo en décadas en la política china, continuará el lunes, cuando se espera que se terminen de examinar los cargos de abuso de poder en torno al "caso Heywood" y que la fiscalía y la defensa presenten sus alegatos.
Los primeros días del juicio se dedicaron a examinar los cargos de aceptación de sobornos, que atribuyen a Bo haber recibido cerca de 3,5 millones de dólares de los empresarios Tang Xiaolin y Xu Ming, así como haberse apropiado de cinco millones de yuanes (800.000 dólares) de fondos públicos.