Un grupo de científicos italianos fue condenado hoy a seis años de cárcel por homicidio involuntario, por haber subestimado los riesgos antes del terremoto ocurrido en L'Aquila en 2009.
A fines de septiembre, la fiscalía había pedido una pena de cuatro años de cárcel contra los siete miembros de la comisión italiana para los "grandes riesgos", que se reunió el 31 de marzo de 2009 en la ciudad de L'Aquila, seis días antes del sismo que provocó la muerte de más de 300 personas.
Entre los siete condenados figuran grandes nombres de la ciencia en Italia, como el profesor Enzo Boschi, quien presidióÊel Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología y el subdirector de la Protección Civil, Bernardo De Bernardinis. "Estoy abatido, desesperado, estaba convencido de que iba a ser absuelto", comentó Boschi tras conocer la sentencia.
El terremoto, que devastó la ciudad de L'Aquila, arrasando el casco histórico y que dejó más de 80.000 damnificados, sigue siendo un trauma para todos los italianos y generó polémicas sobre las negligencias que contribuyeron a ese pesado balance.
La justicia considera que las autoridades científicas divulgaron informaciones tranquilizadoras a la población, que en caso contrario hubiera podido tomar medidas para protegerse.
"Será un verdicto histórico", anticipó poco antes del fallo Wania della Vigna, abogada que representa a cuatro estudiantes sobrevivientes que residían en la recién renovada Casa del Estudiante de la ciudad, que se desmoronó como un castillo de naipes por no respetar las medidas antisísmicas.
Más de 400 temblores sacudieron la región durante cuatro meses, pese a ello las autoridades no tomaron medidas específicas y se limitaron a advertir que los terremotos no se pueden pronosticar.
La defensa de los acusados anunció que presentará recurso contra la sentencia, que prohíbe además que los científicos ocupen cargos públicos por el resto de sus vidas.
"No siento que haya sido una victoria. Es más bien una tragedia, no nos devolverá a nuestros seres queridos", comentó Aldo Scimia, cuya madre murió durante el terremoto. "Para mí fue una masacre cometida por el Estado. Con este juicio esperamos que nuestros hijos puedan vivir en un mundo más seguro", agregó.
"Es una manera de advertir a quien asume un alto cargo del Estado de que hay que tomarse en serio el propio trabajo, porque estamos cansados de que se asuman tales puestos en forma ligera", comentó Ortensia a TVSky, familiar de las víctimas.
Una decena de sobrevivientes asistió al juicio, celebrado en una pequeña sala instalada en un zona industrial de L'Aquila, debido a que el palacio de justicia quedó destruido tras el temblor.