En enero de 2010, el caso de Victorino Méndez Caro conmovió a la comunidad de la Región del Maule, luego que la PDI detuviera a este hombre, entonces de 54 años, como el autor confeso de haber abusado sexualmente de cuatro menores de edad que, al momento de los hechos, tenían entre 8 y 11 años de edad.
Este miércoles, finalmente, el Tribunal Oral de Linares impuso la pena de presidio perpetuo simple en contra del acusado, tras dar por acreditado que el hombre, según dicta el fallo, se aprovechaba de la confianza que tenían en él los padres de los niños, quienes incluso autorizaban a los menores para que durmieran en su casa en el sector rural de Abranquil.
"Se trata del delito de abusos sexuales reiterados en perjuicio de cuatro menores de edad y violación reiterada en perjuicio de tres menores de edad. Eso implica pluralidad de víctimas", explicó la fiscal jefe de Linares, Mónica Cánepa, al término de la audiencia de lectura de sentencia.
Agregó que "los delitos de violación y abuso sexual a menores de 14 años de edad tienen ya asignadas penas altas en el Código Penal. Entonces el número de víctimas y la reiteración hace que el tribunal eleve la pena a un presidio perpetuo simple que no le permite optar a beneficios al imputado sino después de 20 años".
Méndez Caro, al ser detenido, había pedido disculpas a las víctimas asegurando que "estoy arrepentido, muy arrepentido. Yo fui violado de chiquitito también. No sé, el diablo se me metió por delante, me siento mal y reconozco lo que hice, nada más".
Esta confesión pública se sumó a una serie de pruebas que presentaron los fiscales, tales como testimonios de peritos y de los propios niños afectados, quienes han sido atendidos por la Unidad de Víctimas y Testigos de la Fiscalía del Maule.