En febrero del 2011, dos jóvenes aspirantes a Carabineros fallecieron en medio de un ejercicio de instrucción en un campamento de Curacaví. En ese entonces, los antecedentes del caso fueron puestos a disposición del tribunal competente y se ordenó un sumario interno para investigar la causa de la muerte.
Hoy, cinco años después, el Segundo Juzgado Militar de Santiago condenó a cuatro tenientes de Carabineros por la muerte de Sebastián Pinuer Barría y de Julio Ulloa Vargas.
Rodrigo Alejandro Oakley, Sergio Antonio Molina, Nicolás Esteban Silva y Jesús Ignacio Wastavino, fueron declarados culpables de cuasidelito de homicidio respecto a los jóvenes. Los uniformados recibieron una pena de tres años de reclusión menor en su grado medio, luego que el juez militar Oscar Rojas, estableciera que los acusados incurrieron en "negligencias inexcusables", con lo que se permitió que se superaran los límites del riesgo permitidos en una actividad instructiva.
Jorge Balmaceda, abogado de Nicolás Silva, sostuvo que "los ejercicios y el entrenamiento fueron dispuestos y ordenados con una planificación muy detallada por la Escuela de Carabineros. Ellos, los tenientes, lo único que hicieron fue cumplir con las instrucciones y con la planificación que se les entregó. Ellos cumplieron con su deber, incluso trataron de prestar la asistencia".