La confianza económica en la zona euro alcanzó en julio un máximo nivel en 15 meses debido a una mejoría en las cuatro mayores economías del bloque, lo que aumenta la esperanza de que Europa salga gradualmente de casi tres años de recesión económica.
El bloque monetario de 17 países atraviesa la recesión más larga en su historia y las probabilidades de una recuperación pronta son limitadas debido a un desempleo récord y políticas de austeridad que asfixian el crecimiento.
Pero en una señal positiva, la Comisión Europea informó este martes que su índice de confianza económica subió a 92,5 puntos en julio -su nivel más alto desde abril del 2012- desde 91,3 pts registrados en junio. Sin embargo, esta cifra se ubicó un poco por debajo de la expectativa del mercado de una mejora a 92,6 pts.
Por otra parte, el índice de clima de negocios de la zona euro -que mide la fase del ciclo económico- mejoró a -0,53 puntos en julio desde -0,67 en junio, también su mejor lectura en 15 meses.
"Una mayor aceleración en la confianza económica a máximos de 15 meses respalda las esperanzas de que la actividad en la zona euro se haya estabilizado y bien podría registrar un crecimiento marginal en la segunda mitad del año", comentó Howard Archer, economista europeo de IHS Global Insight.
La confianza mejoró en todas las áreas excepto construcción, y sólo en una de las cinco mayores economías de la zona euro -Holanda- se deterioró en 2,0 puntos, mientras que en Alemania se elevó en 0,7 puntos y en Francia, en 1,2 puntos en julio.
La economía española vio una mejora de la confianza en junio en 1,2 puntos, a 93,5 puntos.
Un rebote en el gasto del consumidor podría apoyar al crecimiento, aunque el Banco Central Europeo prevé que las exportaciones serán el principal motor de la recuperación económica.
Economistas afirman que los datos optimistas de julio hacen que sea improbable que el BCE recorte la tasa de interés en una reunión de política monetaria el jueves.
El aumento de la confianza en el sector de la industria se derivó de una fuerte mejoría en la producción.
Sin embargo, los economistas afirman que el endurecimiento fiscal en Europa, el alto desempleo y las condiciones ajustadas de crédito aún dan bastantes motivos para permanecer alerta.