Confirman que las emociones se controlan con la edad
Estudio con resonancia magnética demuestra que al pasar los años, sobre todo más allá de los 60, una zona de la corteza cerebral que controla las emociones se muestra más activa que en los jóvenes, lo que lleva a los mayores a juzgar los acontecimientos con más perspectiva.

Vienen de vuelta, han vivido muchas situaciones complejas y, quizás por eso, no reaccionan con el arrebato o la pasión que suele verse en los jóvenes. Ahora, con el uso de neuroimágenes, la ciencia logró demostrar la raíz biológica de este comportamiento: una zona de la corteza cerebral encargada de controlar las emociones se activa con mayor intensidad en las personas mayores. Por esta razón, sobre todo después de los 60 años, las personas juzgan los acontecimientos con más perspectiva y las situaciones negativas no son tan mal calificadas. Algo así como el advenimiento de la sabiduría.
El trabajo fue realizado por el doctor Florin Dolcos, profesor de siquiatría y neurociencia de la U. de Alberta, en Canadá. Participaron 15 jóvenes de 25 años promedio, y 15 adultos mayores, de 70 años promedio. A todos ellos se les entregó un set de 30 fotografías, con igual número de situaciones positivas, negativas o neutras. Los participantes calificaron el material con puntaje de uno a nueve, de menos a más emocionante. Mientras hacían esto, eran sometidos a una resonancia magnética funcional, que segundo a segundo medía la actividad de las distintas zonas del cerebro.
EFECTIVO FRENO
Con este método se vio que los jóvenes tienden a enfatizar lo positivo y lo negativo y dar menos importancia a las situaciones neutras. Las personas mayores, sin embargo, enfatizan más las situaciones neutras y las positivas, y mucho menos las negativas.
Si bien la resonancia magnética muestra una reacción emocional similar en jóvenes y adultos -la cual reside en el núcleo nervioso conocido como amígdala-, los mayores tienen mucho más activa una zona conocida como corteza de la cíngula anterior, la cual frena con eficacia la emotividad de la amígdala.
Por otra parte, la corteza visual de los jóvenes es más activa y esto influye en exagerar la respuesta emotiva de la amígdala. El aspecto visual de los mayores es menos relevante al evaluar las fotografías, por lo que no se estimula tanto su emotividad.
"Con esto nos queda claro que el control emocional mejora con la edad, y es la interacción de las zonas cerebrales descritas la que permite a las personas mayores saludables controlar sus respuestas emocionales, por lo cual les afectan menos las situaciones molestas o negativas", explica el doctor Dolcos.
El estudio, publicado en la revista Neurobiology of Aging, se realizó bajo la coordinación de los doctores Roberto Cabeza y Peggy St. Jacques, ambos de la Universidad de Duke.
Para Dolcos, ahora resta probar las implicaciones clínicas de esta investigación. "Si podemos entender mejor cómo trabaja el cerebro para crear la perspectiva positiva de los mayores, entonces podríamos aplicar este conocimiento en mejorar el tratamiento de distintos problemas de salud mental que tienen una visión negativa de la existencia, como la depresión y la ansiedad, donde los pacientes tienen dificultades para manejar situaciones que los desafían emocionalmente", concluye.
DETALLES DEL ESTUDIO
A los participantes del estudio se les mostraron fotografías que duraban tres segundos y después se dejó 12 segundos para que calificaran la imagen de menos a más emocionante. Todo esto, mientras su cerebro era estudiado con resonancia magnética.
Tanto los jóvenes como los adultos mostraron igual actividad emocional, lo que significa que la emotividad de los mayores sanos se mantiene constante.
La diferencia está dada en las redes nerviosas que tienen los jóvenes y los mayores. Estos últimos tienen más activas las áreas neutralizadoras de las emociones. Por esto, los mayores tienen mayor tendencia a calificar como neutras imágenes que los jóvenes califican como negativas.
Los jóvenes, por su parte, son mucho más visuales, un área que estimula el centro de las emociones. En tanto, la corteza de la cíngula anterior en los jóvenes no frena las emociones.
Todo lo anterior hace que las personas mayores tengan una buena capacidad para procesar sus emociones.
Otros estudios realizados con rostros positivos, negativos y neutros, demostró también que a los mayores les cuesta más calificar un rostro de negativo, pero son rápidos en reconocer rostros de felicidad.
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