El comandante en jefe del Ejército, general Juan Miguel Fuente-Alba, llegó hasta el Hospital regional de Iquique para visitar a los cuatros soldados heridos tras producirse una explosión en el Fuerte Baquedano. En el recinto dialogó con los familiares de los lesionados y confirmó la realización de un  sumario administrativo para determinar responsabilidades en el hecho.

"Cuando me enteré de este accidente, mi primera preocupación ha sido ver al personal que enfrenta esta situación tan lamentable. Estamos haciendo esfuerzos para llevarlos al Hospital Militar para que reciban el tratamiento que el nivel de sus lesiones requiere. Vemos con pesar todo este hecho, ya que este tipo de situaciones nos llevan a revisar los sistemas, a pesar de todas las medidas de seguridad que se adoptan para este tipo de ejercicios", sentenció.

Fuente-Alba confirmó que el proyectil que detonó puede haber quedado abandonado en el lugar hace 8 o 10 años. "Cuando se hacen estos ejercicios se realiza un chequeo del lugar, frente a las dudas de que pueda haber quedado algún proyectil y se acordona. Ahora estamos ejecutando las investigaciones para determinar qué ocurrió en este caso", sentenció.

En cuanto a los lesionados, los soldados Marco Antonio Jaramillo Amoyao, de 23 años, quien presenta un tec abierto por esquirla, fractura en el fémur, trauma ocular y Erick Alexis Vilches Navarrete, de 22 años, quien sufrió la amputación traumática de uno de sus brazos, se encuentran internados en la UTI del Hospital de Iquique y a la espera de su traslado a Santiago.

En tanto,  los efectivos Eduardo Herrera Castillo, de 22 años y Miguel Arias Fuentealba, permanecen en la Unidad de Cirugía del centro asistencial de la capital de la Primera Región.