Se hicieron fuertes en Siria en la lucha contra el régimen de Bashar Assad y luego cruzaron la frontera para lanzar una ofensiva contra el gobierno chiita iraquí. Los extremistas sunitas del Ejército Islámico de Irak y Siria (Isis) se dirigen hacia Bagdad y su camino hacia la capital ha significado que el conflicto ya sea regional, con Irak, Irán y Siria como los protagonistas principales.

La guerra civil siria se trasladó a su vecino y varios analistas ya están hablando de un solo conflicto. En el caso iraquí se trata de una guerra sectaria entre chiitas y sunitas. Tras la Primera Guerra Mundial y hasta la caída de Saddam Hussein, los sunitas gobernaron el país, pero en la última década perdieron terreno frente a sus rivales chiitas. "Irak no dejará de existir en el papel, pero en realidad los kurdos ya tienen su propio Estado y los sunitas pueden crear uno nuevo a través del desierto sirio", dijo a La Tercera Bruce Riedel, ex analista norteamericano de la CIA y experto en contraterrorismo.

Como en Irán gobierna la mayoría chiita, Teherán ha ido en ayuda del primer ministro iraquí, el chiita Nuri Al Maliki, en el combate contra el Isis. Irán no sólo puso en estado de alerta a sus tropas en la frontera con Irak (de 1.450 kilómetros), según informó ayer el portavoz del Ejército Alí Arasteh -citado por la agencia de noticias Isna-, sino que también envió drones, armas y suministros a Irak, de acuerdo con funcionarios estadounidenses citados por The New York Times.

La Guardia Revolucionaria iraní está acumulando tropas en la frontera iraní con Irak para actuar en caso de que el Isis intente tomarse santuarios chiitas como Samarra, Kerbala o Najaf. A su vez, el Pentágono dijo que está realizando entre 30 y 35 vuelos de vigilancia y espionaje diarios sobre Irak con cazas F-18, turbohélices P-3 y drones. De todos modos, los extremistas lanzaron morteros contra una base aérea estadounidense (Campo Anaconda) y tomaron posiciones en campos petroleros pequeños.

Las acciones de los jihadistas han generado que dos antiguos enemigos (EE.UU. e Irán) acerquen posiciones contra un enemigo en común: el Isis.

Mientras ocurre todo esto, la Fuerza Aérea del régimen de Assad se encuentra bombardeando posiciones del Isis en el norte del territorio iraquí. La cadena CNN señaló que, producto de estos ataques, al menos 57 civiles perdieron la vida.

La rebelión del Isis en el territorio iraquí comenzó el 10 de junio, día en que conquistaron Mosul, la segunda mayor ciudad del país. Según Nickolay Mladenov, jefe de la misión de la ONU en Irak, los jihadistas se apoderaron entre US$ 400 millones y US$ 500 millones del Banco Central de Mosul tras tomarse la ciudad. Este funcionario agregó que, desde el 5 de junio, han muerto 1.300 personas.

Los extremistas del Isis, que nacieron bajo el alero de Al Qaeda pretenden crear un califato islámico radical entre Irak y Siria.

En una muestra de que el conflicto ya es regional, el Observatorio Sirio de los DD.HH. informó que una unidad siria de Al Qaeda se unió ayer al Isis. Se trata de los combatientes del Frente al Nusra, rama siria de la red de Osama bin Laden. Al Maliki, por su parte, se encuentra contra las cuerdas. Ayer rechazó los llamados para formar un "gobierno interino de salvación nacional".