Con el país más joven del mundo al borde de una guerra civil (Sudán del Sur) y la crisis en Siria sin un atisbo de solución. Así comienza 2014, con una serie de conflictos abiertos que concentrarán la tensión durante el año, según el Centro para las Acciones Preventivas, un think tank afiliado al estadounidense Consejo de Relaciones Exteriores, que presentó un estudio sobre las crisis que afectarán al mundo. El reporte -que cuenta con entrevistas a más de 1.200 funcionarios de gobierno norteamericano, académicos y expertos que evaluaron la probabilidad de 30 escenarios- señala que, más allá de los puntos álgidos en Siria, es necesario poner atención a las amenazas de revueltas en Jordania, como efecto colateral de la guerra civil siria y de una guerra civil en Irak, debido al recrudecimiento de la violencia sectaria entre sunitas y chiitas.
El estudio también pone énfasis en una eventual confrontación armada entre China y sus vecinos, por las disputas de control territorial en los mares del sur y el este del gigante asiático. Aunque aclara que el posible enfrentamiento es menor que en 2013, debido a que China ha probado los límites de su asertividad en la región, mostrará más control este año. El informe también llama la atención sobre un fortalecimiento de Al Qaeda en la Península Arábica, como resultado de la inestabilidad política en Yemen o ante una reacción negativa a las operaciones de contraterrorismo de Estados Unidos, como fue el ataque por error de un drone en contra de una boda en ese país, que dejó 17 víctimas mortales a mediados de diciembre.
En ese mismo sentido, la investigación del español Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (Iecah), divulgado por el diario El País, señala que las protestas en el mundo árabe -que se desarrollan con distintos grados de intensidad- muestran claramente el agotamiento de unos regímenes políticos fracasados. Su porfiada resistencia a realizar reformas o dejar el poder, pronostica que la región seguirá sometida a convulsiones recurrentes, de las que ningún país está a salvo. Eso, debido a que todas esas naciones comparten un diagnóstico altamente negativo, tanto desde la perspectiva del desarrollo (incluso en las petromonarquías del Golfo), como de la seguridad (con la renovada fuerza de la amenaza yihadista).
El informe concluye que en la órbita árabe y musulmana (desde el norte de Africa al Asia Central) se podrían multiplicar los focos de violencia, los cuales seguirán ocupando la atención durante este año. Por el contrario, la esperanza está puesta en la posibilidad de que termine por solucionarse el proceso de acercamiento entre Washington y Teherán.
El reporte indica que el Africa Subsahariana vive una situación negativa, donde ni siquiera Sudáfrica está a salvo de una oleada de inestabilidad. "Desgraciadamente, tanto el conflicto de Mali, como los de la República Centroafricana y de la República Democrática del Congo, y los que asolan a Sudán y Sudán del Sur (ahora sumido en un choque fratricida) son cualquier cosa menos novedades".
DISPUTAS EN ASIA
En estos y en tantos otros casos, como en Chad, Nigeria y Níger, al margen de su escaso reflejo mediático, "se multiplican causas estructurales como la corrupción generalizada, la inquietante debilidad del Estado, la discriminación étnica y/o religiosa", señala el estudio.
En el caso de América Latina, Colombia permanece como el único conflicto abierto. En este sentido, la resolución de esta crisis puede ser una de las mejores noticias de 2014, tras haber cimentado un proceso de negociación, afirma el Iecah. No obstante, según la revista Foreign Policy, Honduras está entre los 10 "focos calientes" de 2014.
En tanto, en Europa, el mayor foco de tensión se vive en Ucrania, disputada tanto por Rusia como por la Unión Europea. Esto mismo ocurre con los países bálticos, debido a que Moscú busca restablecer su influencia sobre ellos. A esto se suman los crecientes problemas internos de Turquía, debido a las manifestaciones en contra de las políticas de gobierno.
Por otro lado, una investigación realizada por The Economist Intelligence Unit (EIU) indica que es un gran año para reformas económicas en Asia.
La primera mitad del año estará marcada por las elecciones en India, Indonesia y Bangladesh. La tensión se concentrará en Afganistán, que será testigo del retiro de tropas de la OTAN, programado para fines de año. Según el EIU, la fragmentación del Estado afgano aún es un escenario posible y prolongar la paz en ese país requerirá de la cooperación tanto nacional como internacional.