Las dos cámaras del Congreso de EEUU llegaron hoy a un acuerdo para imponer nuevas sanciones a Rusia por su supuesta injerencia en las elecciones estadounidenses y sus acciones en Ucrania, un plan que se votará esta semana y que pondrá en una incómoda situación al presidente Donald Trump.
El plan, anunciado hoy por sus negociadores en la Cámara Baja y el Senado, trata de sortear un veto de Trump al incluir en el mismo paquete nuevas sanciones a Irán y Corea del Norte, muy criticados por el mandatario.
La Cámara de Representantes tiene previsto votar el proyecto el próximo martes, y el Senado hará lo propio poco después, según informan varios medios.
La votación se hará bajo un procedimiento exprés reservado para proyectos de ley que cuentan con mucho respaldo, y se espera que se apruebe por una mayoría de dos tercios en ambas cámaras, un apoyo lo suficientemente amplio como para invalidar cualquier veto que Trump pudiera decidir imponer sobre la legislación.
Si el apoyo a la ley no llega a los dos tercios de ambas cámaras, Trump deberá elegir entre vetar el proyecto y espolear aún más críticas sobre sus presuntos lazos con el Kremlin, o firmarlo e imponer unas sanciones con las que no está de acuerdo.
La Casa Blanca ha argumentado que aumentar las sanciones a Moscú complicaría su esfuerzo para enderezar las relaciones con Rusia y, sobre todo, ha protestado por un mecanismo que limitaría la capacidad de Trump de levantar las restricciones.
En efecto, Trump solo podría levantar las sanciones a Rusia con la aprobación del Congreso, una condición que la Casa Blanca ha tratado sin éxito de eliminar del proyecto y que revela la desconfianza de muchos legisladores en el criterio del mandatario en lo que a Moscú se refiere.
El proyecto de ley es una variación del aprobado por el Senado a mediados de junio, que contenía sanciones contra Rusia e Irán pero que se estancó en la Cámara de Representantes, en parte debido a la presión de la industria petrolera y gasística estadounidense sobre su posible pérdida de negocios con compañías rusas.
El nuevo texto impondría sanciones a Rusia no solo por su interferencia en las elecciones presidenciales de 2016, sino también por su actividad militar en el este de Ucrania y su anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014.
La ley sancionaría además a rusos implicadas en violaciones de derechos humanos, responsables de ciberataques e individuos que hayan suministrado armas al régimen sirio de Bachar al Asad.
"Dadas las muchas transgresiones de Rusia y la aparente incapacidad del presidente Trump para lidiar con ellas, es esencial tener una ley de sanciones fuerte como la que se ha acordado", dijo hoy el líder de la minoría demócrata en el Senado de EE.UU., Chuck Schumer, en un comunicado.
En cuanto a Irán, el proyecto de ley impone sanciones financieras y prohíbe la entrada a EE.UU. a personas implicadas en el programa de misiles balísticos de Irán y a aquellos que negocien con ellos.
La ley también obligaría al Gobierno estadounidense a aplicar sanciones a la Guardia Revolucionaria de Irán por su "apoyo del terrorismo" y a sancionar a violadores de derechos humanos.
Los líderes republicanos en la Cámara Baja decidieron recientemente incorporar al proyecto unas sanciones contra Corea del Norte que ese hemiciclo aprobó en mayo y que aún no habían recibido el visto bueno del Senado.
Esas sanciones prohibirían la entrada en Estados Unidos de bienes producidos gracias a trabajos forzados en Corea del Norte, y vetarían la llegada a puertos estadounidenses de barcos norcoreanos o provenientes de países que no implementen las resoluciones de la ONU en contra de Pyongyang