La Cámara de Representantes de Estados Unidos reprendió este viernes con dureza al Presidente Barack Obama por autorizar el envío de fuerzas militares para atacar Libia sin la aprobación del Congreso, en un severo cuestionamiento a las facultades constitucionales, que evidenció la frustración bipartidista sobre un conflicto que cumple casi tres meses sin final a la vista.

Sin embargo, los legisladores no llegaron a aprobar una resolución más draconiana para ordenar el cese total de la participación estadounidense en Libia.

Los congresistas rechazaron esa medida por 265 votos contra 148, aunque el demócrata de Ohio, Dennis Kucinich, quien abogaba contra la guerra, logró los votos de 87 republicanos y 61 demócratas.

Bajo objeciones de la Casa Blanca, la Cámara sí adoptó una resolución que reprende a Obama por no proporcionar una "justificación convincente" para la misión en Libia y exige respuestas en los próximos 14 días sobre el objetivo de la operación, sus costos y su impacto con respecto a las otras dos guerras que libra el país en Irak y Afganistán.

La resolución, aunque no vinculante, también prohíbe que actúe la infantería terrestre de Estados Unidos, salvo para el rescate de un efectivo estadounidense.

La medida legislativa que impulsó el presidente republicano de la cámara baja, John Boehner, recibió 268 votos a favor y 145 en contra, con lo que 45 demócratas se unieron a los 223 republicanos para retar al presidente demócrata.

La resolución no afectará las operaciones militares actuales para ayudar a los rebeldes que luchan contra las fuerzas de Muammar Gaddafi. La OTAN comanda la operación, pero Estados Unidos sigue desempeñando un papel importante de apoyo que incluye el reabastecimiento de los aviones de combate, así como inteligencia, vigilancia y trabajos de reconocimiento.

Las horas de debate reflejaron la rabia entre los miembros de la Cámara por el tratamiento que Obama le dio al Congreso, por las preocupaciones del movimiento conservador "Tea Party" sobre la autoridad constitucional y las costosas operaciones militares en tiempos de dificultades fiscales y por el creciente cansancio del país con respecto a la guerra en Irak, Afganistán y Libia.

Obama ordenó ataques aéreos en marzo después de una resolución de la ONU y una consulta limitada con el Congreso.

La Constitución dice que el Congreso tiene la facultad de declarar la guerra y la Resolución de Poderes de Guerra de 1973 exige al presidente obtener la autorización de éste en un plazo de 60 días tras el inicio de las operaciones militares, un margen que se cumplió el mes pasado.

La Casa Blanca objetó la decisión de la Cámara Baja y la describió como "innecesaria y poco útil".
El presidente ha argumentado que actuó para evitar una masacre en el bastión rebelde de Bengasi y tuvo el respaldo de varios legisladores, entre ellos el senador John McCain, de Arizona, el republicano de más alto rango en el Comité de Servicios Armados.

McCain y el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, John Kerry, demócrata por Massachusetts, presentaron una resolución en el Senado para apoyar la misión.