La primera certificación de buzos chilenos para inmersión, hasta 100 metros de profundidad, permitió hacer un valioso hallazgo para la investigación del hundimiento del crucero alemán Dresden, en el archipiélago de Juan Fernández, incidente que ayer cumplió 100 años y que incluyó a Chile en la historia de la Primera Guerra Mundial.
La tesis que gira en torno a esto, es que se trata de un naufragio provocado por la propia tripulación alemana para eludir el ataque y posterior posesión del buque de parte de los ingleses. Esto podría establecerse definitivamente si se confirman los indicios de una operación de escape, cuyos rastros fueros avistados por buzos de la Armada de Chile en los restos del naufragio.
"En el sector de popa a babor encontramos abierta una válvula de fondo, aparentemente de la sala de máquinas. Esto es una muestra clara de que los alemanes inundaron el buque. No es algo concluyente, pero es una señal muy importante", dijo el teniente de la Armada, Juan Pablo Tessada.
Una tesis que manejaba Francisco Ayarza (82) y que lo llevó a convertirse en el primer buzo que llegó al Dresden en 1960. Con una indumentaria menos tecnológica, el navegante logró encontrarlo a la primera inmersión en la Isla Robinson Crusoe. "Era un traje simple, con aletas y dos tubos de aire comprimido. La baja erosión de la nave hacía más fácil sondear en esa oportunidad. Lo más valioso que sacamos fue un compás magistral, que donamos a la embajada alemana en Chile", cuenta Ayarza.
En febrero de 2006, ocurrió otro significativo hallazgo por parte del explorador Willi Kramer. Una campana, de 80 centímetros de diámetro, fue la primera pieza prioritaria rescatada desde 75 metros de profundidad.
Centerario
Ayer, en la conmemoración del centenario del hundimiento, se reunieron embajadas del Reino Unido y Alemania, y entregaron una réplica del buque a escala real a la comuna de Juan Fernández. En la cita también se entregó una ofrenda floral en el Cementerio de Robinson Crusoe, se exhibió un documental del Dresden y se realizó un concierto, que reunió a orquestas de Alemania, la Armada de Chile y al grupo folclórico Dresden de Juan Fernández. Además, la Bahía Cumberland se vistió de color con la llegada de los veleros de la Regata Higuerillas-Robinson Crusoe.
"Hoy es un día de conmemoración, reencuentros de la guerra y relatos del Dresden. Estamos celebrando en Chile la amistad de las dos naciones europeas, porque es necesario recordar, para evitar las guerras del pasado. La idea es luchar conjuntamente por la paz", dijo el embajador alemán Hans-Henning Blomeyer-Bartenstein.