Un tribunal egipcio condenó el lunes a entre siete y 10 años de cárcel a tres periodistas de Al Jazeera acusados de apoyar a los islamistas, entre ellos el australiano Peter Greste, una sentencia que ha generado una gran conmoción internacional.
A nivel internacional se ha lanzado una campaña para apoyar a los periodistas con el eslogan "el periodismo no es un crimen". Tras la visita del secretario de Estado norteamericano John Kerry, cuyo país prometió el desbloqueo de un tercio de su importante ayuda militar a Egipto, se esperaba una absolución.
Greste y el egipcio-canadiense Mohamed Fadel Fahmy, jefe de la oficina de la cadena catarí antes de que fuera prohibida en Egipto, fueron condenados a siete años de cárcel mientras que el egipcio Baher Mohamed a 10.
Entre los otros acusados hay dos periodistas británicos y uno holandés que ya se encuentran en el extranjero y han sido condenados a 10 años de prisión.
La cadena Al Jazeera ha calificado el veredicto de "injusto" mientras que Australia dijo estar "consternada". Holanda por su parte llamó a consultas a su embajador en Egipto y afirmó que la periodista Rena Netjes no había tenido derecho "a un juicio justo" y anunció que tratarían el caso con la Unión Europea.
Egipto considera a la cadena de satélite como un portavoz de Qatar, a quien le reprocha el apoyo a los Hermanos Musulmanes, mientras que Doha denuncia abiertamente las represiones contra los partidarios del depuesto presidente Mohamed Mursi.
"La detención de nuestros compañeros no tiene ninguna justificación. Es una vergüenza que hayan estado retenidos 177 días y la condena también es ilógica, falta de sentido común y aparentemente de justicia", dijo la cadena del pequeño emirato tras el anuncio del veredicto.
De las 20 personas juzgadas en este caso, 16 egipcios han sido acusados de pertenecer a una "organización terrorista", los Hermanos Musulmanes, y de haber intentado "perjudicar la imagen de Egipto" y cuatro extranjeros de haber publicado "informaciones falsas" para apoyar al grupo.
Tras el anuncio del veredicto Fadel Fahmy gritó: "¡Van a pagar por esto, van a pagar por esto, lo juro!".
"Estamos destrozados, es difícil encontrar las palabras para describir lo que sentimos. No nos esperábamos para nada esto, pensábamos que sería absuelto", dijo Andrew Greste, cuyo hermano había trabajado anteriormente para la BBC y había recibido varios premios prestigiosos. "Vamos a luchar por su liberación", añadió.
NO HABRÁ INDULTO POR EL MOMENTO
Un responsable de la presidencia egipcia dijo a la AFP que no se iba a conceder ningún indulto por el momento y que no podían intervenir hasta que no se hubiera pronunciado un tribunal de apelación sobre el asunto.
Chabane Said, abogado de la defensa, denunció que se trataba de una sentencia "política". "No hay ninguna prueba contra los acusados. Todos los periodistas deben preocuparse a partir de ahora: no hay justicia, es la política la que dicta la ley", dijo.
El veredicto se produce dos semanas después de la elección a la presidencia del ex jefe militar Abdel Fatah al Sisi con un 96,9% de los votos. El mariscal dirigía de facto el país desde que derrocó y arrestó al anterior presidente Mohamed Morsi el 3 de julio de 2013 y lanzó una sangrienta represión contra toda la oposición política.
El ejército y la policía han matado a más de 1.400 manifestantes pro Mursi y detuvieron a más de 15.000 personas, muchas de las cuales han sido condenadas a muerte o a cadena perpetua en juicios rápidos y masivos.
Los periodistas Greste y Fahmy fueron detenidos cuando cubrían estos acontecimientos el 29 de diciembre en una habitación del hotel de El Cairo transformada en oficina después de que la policía irrumpiera en la sede de Al Jazeera.
Los reporteros trabajaban sin la acreditación que era obligatoria para todos los medios de comunicación.
En su visita a El Cairo el domingo, el secretario de estado norteamericano John Kerry pidió a Egipto que preservara la libertad de prensa y dijo que la transición post Morsi estaba en un "momento crítico".