Más de 2,6 millones de uruguayos están convocados a las urnas el próximo día 26 para elegir a su futuro presidente entre siete candidatos y definir la integración del Parlamento, en unas elecciones con sufragio obligatorio y que casi seguramente tendrán una segunda vuelta presidencial.

Según todas las encuestas, el expresidente Tabaré Vázquez (2005-2010), de la gobernante coalición de izquierda Frente Amplio, será el más votado (las encuestas le asignan el 43 % de preferencia) pero no llegará al 50 % necesario para ganar la presidencia en la primera vuelta.

En segundo lugar se ubica el diputado Luis Lacalle Pou, del conservador Partido Nacional o "Blanco", principal fuerza de la oposición (con un poco mas del 30 %), y bastante más abajo (15 %) el senador Pedro Bordaberry, del Partido Colorado, tradicionalmente gobernante en Uruguay pero ahora segunda fuerza de la oposición.

A continuación te presentamos las apuestas los tres candidatos presidenciales uruguayos que lideran las encuestas.

VÁZQUEZ, UN EXPERTO EX PRESIDENTE

Tabaré Vázquez, el reputado oncólogo que en 2004 se convirtió en el primer mandatario de izquierdas del Uruguay, competirá de nuevo por la presidencia con el Frente Amplio (FA), en una votación donde su experiencia y prestigio se verán apurados al máximo ante el crecimiento de sus más próximos rivales.

Imperturbable, seguro de sí mismo y de las posibilidades de su partido y distante con sus rivales -se negó a debatir con ellos durante toda la campaña-, Vázquez (Montevideo, 1940) ha centrado su candidatura en los logros obtenidos por Uruguay en los últimos años de Gobierno del FA y en el miedo que un triunfo de la oposición de derechas podría suponer para los proyectos en los que está embarcado el país.

Considerado como un candidato imbatible por el FA tras haber dejado la presidencia del país en 2010 con una popularidad del 80 %, una cifra sin precedentes desde que existen estudios estadísticos, ni él ni su entorno han prestado mucha atención al crecimiento de sus rivales, a quienes las encuestas ubican con posibilidades de arrebatarle la primera magistratura del país en una segunda vuelta.

Vázquez ha ofrecido a los votantes continuidad, asegurando que pondrá a dirigir la economía a los mismos que llevan haciéndolo con éxito durante los últimos diez años, y alguna tenue reforma en políticas educativas y de seguridad, los dos temas que más preocupan a los ciudadanos.

Con un perfil más reservado, cauto y concienzudo que el actual presidente, sus mayores críticos lo acusan de ser intransigente y personalista.

LACALLE POU, LA SORPRESA CONSERVADORA

Luis Lacalle Pou, el joven líder del conservador Partido Nacional, se ha convertido en el candidato capaz de destronar al oficialista Frente Amplio, tras irrumpir en la campaña como un soplo de "aire fresco" -el nombre de su agrupación política-, y subir como la espuma en las encuestas.

Hijo del ex presidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995), el candidato nació en Montevideo en 1973 y es abogado de profesión, si bien la política ha sido su principal campo de acción desde que entró en el Parlamento como diputado en el año 2000.

Su madre, María Julia Pou, también fue senadora por el Partido Nacional, y varios de sus antepasados fueron históricos lideres del partido.

Sin embargo, su ascenso a la primera fila de la política con aspiraciones reales a convertirse en presidente es cosa muy reciente.

De aspecto juvenil, este padre de tres hijos ha basado su campaña presidencial en hacer las cosas "por la positiva" -lema de su campaña-, y ayudado por grupos entusiastas apostó por inundar de propuestas a los electores antes que criticar con dureza a sus oponentes.

Sus críticos señalan que su discurso político es "vacío" y que no tiene grandes propuestas y que pese a su actitud y talante constructivo, durante su época parlamentaria no apoyó nunca medidas del oficialismo que ahora defiende.

Así, pese a que Lacalle Pou presentó en aquel período una propuesta para legalizar el cultivo de marihuana con la intención de romper con la "hipocresía" de la ley uruguaya, cuando el Gobierno del saliente presidente Jose Mujica aprobó la revolucionaria legalización de la compraventa de marihuana en el país, él se opuso.

Durante este debate llegó a confesar que consumió marihuana y cocaína en su juventud, durante el período en el que su padre fue presidente de la República.

BORDABERRY, LA INSEGURIDAD COMO BANDERA DE LUCHA

Pedro Bordaberry, experimentado político al que aún pesa el apellido de su padre, autor del golpe que trajo la dictadura a Uruguay en 1973, pugnará en estas elecciones con la inseguridad publica como bandera para que el Partido Colorado vuelva a ser protagonista en la política nacional.

De los tres candidatos, este ex ministro y actual senador ha sido el más beligerante durante la campaña y el que lanzó las propuestas electorales más concretas, apelando directamente a votantes de centro-derecha con promesas como la rebaja o directamente la eliminación de algunos impuestos o la reducción de los programas sociales.

Pero ha sido la lucha contra la delincuencia, una de las mayores preocupaciones de los uruguayos bajo el gobierno de José Mujica, la que ha centrado su campaña de principio a fin.

En 2004 el partido de Bordaberry vio su caudal de votos reducido al 10 %, la cifra más baja de la historia por la crisis económica que tuvo que lidiar el gobierno de Jorge Batlle, el último colorado en acceder a la presidencia, mientras que en 2009, ya bajo su liderazgo, obtuvo un 17 %.

Precisamente, Bordaberry, abogado de profesión, fue ministro de Industria, de Turismo y de Deportes con la presidencia de Batlle (2000-2005).

Antes también estuvo vinculado durante años al ámbito del deporte y destacó como jugador de rugby en el Club Old Boys de Montevideo y en la selección uruguaya de este deporte, de la que llegó a ser presidente.