La alegría que demuestran los niños al correr, lo fácil que parece resultarles y esa energía que no tiene fin pueden ser la envidia de un runner adulto. Sin embargo, antes de pensar en que un niño acompañe a un mayor en los entrenamientos para una carrera, hay varios factores a considerar.
La primera pregunta que hay que responder es: ¿está el niño realmente motivado o es más un capricho del adulto? Cifras en Estados Unidos demuestran que los niños entre cinco y 14 años representan un 40% de las consultas médicas por lesiones deportivas. Esto se debe a la presión que ejercen los padres sobre los menores.
"Es fundamental que los padres no presionen por resultados, que no pierdan el enfoque lúdico de esta actividad. Cuando el niño siente que tiene que responder a los requerimientos y exigencias de los padres, y deja de disfrutar de la actividad, es cuando la motivación intrínseca se pierde", explica la profesora de Educación Física de la Clínica Meds, Marioly Solís.
Una vez que el niño demuestra verdadero interés, lo siguiente es consultar a un médico, de preferencia un pediatra con especialización en deportes. En este punto hay que tener claro que un infante está en constante crecimiento y su físico es diferente al de un adulto. No basta con sólo escoger distancias pequeñas o menos exigentes, también hay que saber que un entrenamiento demasiado exigente puede dañar los cartílagos de crecimiento y limitar o retrasar el desarrollo físico de un niño.
Lo siguiente es conseguir el equipo adecuado. Más que nunca es necesario contar con un par de zapatillas para el tipo de pie del niño, pues el desarrollo vuelve al cuerpo más susceptible a lesiones derivadas del ejercicio. En este punto es clave asesorarse en una tienda especializada, donde ojalá se incluya un examen para conocer el tipo de pisada.
La hidratación y la alimentación son otros temas que se deben tener muy presentes. Los niños son menos capaces de aguantar la falta de nutrientes y de agua, por lo que los adultos deben estar muy pendientes de ese tema.
¿Edad mínima?
¿Existe una edad mínima para que un niño comience a hacer deporte? Según los especialistas, no. Eso sí, es vital que el desarrollo sea el adecuado. "No hay una edad mínima para empezar a correr. Es necesario que el niño tenga un buen desarrollo motor y siempre tener en cuenta las necesidades físicas individuales de cada uno", recomienda la pediatra Isabel Campamá, de Meds.
La profesional recomienda "siempre comenzar en forma progresiva de acuerdo a la edad y capacidades individuales de cada niño, atento a sus respuestas y motivándolo para que esto perdure en el tiempo".
Para incentivar a los niños a mantenerse en actividad es primordial que estos se entretengan en cada ejercicio.
"Para mantener motivado al niño, hay que hacerlo con la participación de los padres y de sus pares, en lugares entretenidos para cada niño", agrega Campamá.
"Las distancias deben ser cortas, y en donde el niño se sienta cómodo y no dé muestras de fatiga, molestias o desmotivación. La distancia puede ir aumentando en la medida que avance en edad y capacidad", aporta Solís.
Una buena alternativa son las carreras para niños que van hasta los cinco kilómetros. En estas se entregan premios y el ambiente estimula a los menores.