El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, preparará a sus conciudadanos para un ataque militar a la milicia terrorista Estado Islámico en Siria, según un destacado consejero de la Casa Blanca.
En su discurso a la Nación previsto para la noche de hoy, el presidente presentará una "estrategia amplia" para "desmantelar y destruir definitivamente a EI", dijo este funcionario en un comunicado.
"Eso incluye acciones militares y el apoyo a las tropas que luchan sobre el terreno contra EI, tanto la oposición en Siria como también las del nuevo gobierno de unidad en Irak".
Más temprano, los diarios estadounidenses The New York Times y Washington Post habían adelantado que el presidente autorizaría bombardeos en Siria.
El EI "no respeta fronteras internacionales. No se les puede dejar un lugar de refugio (..) El presidente será muy claro" dijo al Washington Post Michele Flournoy, ex vicesecretaria de Defensa, que figuró entre los expertos que se entrevistaron con Obama el lunes.
The New York Times cita a un alto funcionario del gobierno y el Washington Post a expertos en política extranjera consultados por Obama esta semana.
Según The New York Times, Obama tiene la intención de llevar a acabo "una campaña a largo plazo, más compleja aún que los ataques contra Al Qaida en Yemen, Pakistán u otro lugar".
En la víspera del 13° aniversario de los atentados del 11 de septiembre, Obama presentará oficialmente este miércoles en Washington la estrategia de Estados Unidos para luchar contra el EI.
Estados Unidos ha asumido la formación de una coalición internacional de más de 40 países -básicamente de potencias occidentales y sus aliados en Medio Oriente y con participación de diferente alcance-, para contener y derrotar a los yihadistas, que han tomado el control de extensas áreas de territorio en Siria e Irak en los últimos meses.
Desde el 8 de agosto, Estados Unidos está llevando a cabo ataques aéreos contra los yihadistas para frenar su avance en el norte de Irak, que en las últimas semanas han decapitado a dos periodistas estadounidenses y amenazan con hacer lo mismo con otro rehén británico.