La violencia y los continuos ataques del Ejército sirio contra los civiles del país, fueron condenados nuevamente por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Con los votos en contra de Rusia, China y Cuba, la resolución propuesta por Qatar, Kuwait, Arabia Saudí y Turquía fue aprobada por 37 de los 47 países miembros del Consejo. Alemania también participó activamente en la redacción del texto, en el que se acusa al régimen de Al Assad de llevar a cabo ejecuciones arbitrarias, matar a manifestantes, activistas pro derechos humanos y periodistas, además de recurrir a la tortura, la violencia sexual, el maltrato infantil y obstaculizar la ayuda médica. La iniciativa ordenó al gobierno del presidente Bashar al Assad que ponga fin al uso de la violencia contra la población.
 
 Paralelamente, el Consejo de Derechos Humanos amenazó a los gobernantes en Siria con ser acusados ante la Justicia internacional por crímenes de lesa humanidad. En el documento se insta también a Damasco a permitir a las organizaciones de ayuda humanitaria que les permitan proporcionar ayuda a personas en ciudades como Homs y Al Sabadani, sitiadas desde hace semanas por las tropas leales a Al Assad.

 El representante de Moscú en el Consejo, justificó el "no" ruso considerando que en la resolución se condena unilateralmente al gobierno sirio, mientras no se mencionan las violaciones de los derechos humanos por parte de los rebeldes. Según dijo, el documento no contiene "ninguna señal constructiva, que pueda contribuir a solucionar la crisis".

 Rusia y China ya hicieron fracasar una resolución contra Siria en el Consejo de Seguridad de la ONU haciendo uso de su derecho de veto. De todas maneras, las resoluciones emitidas por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en el que no existe ninguna posibilidad de veto, no son vinculantes según el derecho internacional. El régimen de Al Assad recibió también una condena por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas.

 Según nuevas estimaciones de la ONU, en Siria han muerto más de 7.500 personas desde comienzos de las protestas contra el régimen de Al Assad en Siria en marzo del año pasado. Los críticos de la resolución ven un intento de crear excusas para justificar una posible acción militar contra Siria.

 El embajador de Siria ante la ONU, Faysal Jabbaz Hamoui, acusó a algunos países, sin citar su nombre, de agitar un levantamiento en un país y de impedir al gobierno a través de sanciones que atienda a personas necesitadas.

 Antes de la votación en Ginebra, el nuevo enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Kofi Annan, explicó en Nueva York que desea volar lo más pronto posible al país. Sin embargo, el ex secretario general de la ONU, dijo no estar seguro de si podrá hablar con el presidente Bashar al Assad. Annan señaló que intentará involucar a Assad en la solución del conflicto.