El Partido Conservador británico, de la primera ministra Theresa May, está en tan buen pie que podría tocar la barrera histórica del 50% de los votos, y así acceder a más de 400 escaños de los 650 con que cuenta el Parlamento. Así se desprende de una encuesta publicada ayer por el semanario Sunday Mirror. Se trata de un sondeo realizado por ComRes que adelanta un triunfo seguro para la jefa de gobierno luego de que anunciara la semana pasada la convocatoria a unas elecciones adelantadas para el 8 de junio próximo.

En ese escenario, el Partido Laborista lograría apenas el 25% de los votos. Es la primera vez que un partido político en Reino Unido logra el 50% de apoyo en los sondeos desde abril de 2002 (cuando lo consiguieron los laboristas entonces liderados por Tony Blair), y la primera vez que los tories llegan a ese nivel de intención de voto desde enero de 1991, cuando el gobierno era encabezado por el conservador John Major.

La proyección de ComRes coincide con un estudio realizado por la consultora británica YouGov para The Sunday Times, que estableció porcentajes de 48% y 24% para conservadores y laboristas, respectivamente. Por su parte, la firma Opinium hizo una encuesta para el semanario The Observer, que coloca al partido de la primera ministra británica en el 45% de las preferencias y a la principal fuerza de la oposición en un 26%.

Los conservadores podrían obtener una mayoría aplastante en la Cámara de los Comunes como solo la obtuvo el líder tory Stanley Baldwin, en 1935. Los laboristas sí tuvieron ese control parlamentario en 1997, con Blair.

El adelantamiento de los comicios, considerado una jugada política para solidificar el apoyo de May, fue justificado por la primera ministra para tener un mandato más fuerte en las negociaciones sobre la salida británica de la Unión Europea.

En este ambiente preelectoral, el ex primer ministro laborista Tony Blair pronunció unas palabras que causaron revuelo en Reino Unido. Sostuvo que se siente "casi motivado" a volver a la política activa, aunque por ahora no lo hará. Dijo en una entrevista con la radio de la BBC que lo que lo impulsa a pensar algo así son las posturas "irracionales" de los más rígidos custodios del Brexit.

Por su parte el actual líder laborista Jeremy Corbyn declaró que, en caso de ganar las elecciones y llegar al gobierno, Reino Unido no daría el primer paso en ninguna circunstancia con un ataque atómico. Corbyn, también entrevistado por la BBC, excluyó querer llevar al país fuera de la OTAN, pero se dijo contrario a nuevas intervenciones militares de Londres en el exterior, y en su opinión "todos los aspectos de la política de defensa" deberían ser "puestos en discusión". Sobre el Brexit dijo querer respetar el resultado del referéndum, pero evocó un divorcio más suave de la UE y una posible permanencia de Londres en el mercado único.

Corbyn también dijo que suspendería la participación británica en los ataques aéreos contra Siria. Explicó que creía que "la única solución en Siria era política". "Vamos a sentar rápido a la gente en la mesa (de negociaciones) y una manera de conseguirlo es suspendiendo los ataques, posiblemente", sostuvo.